Estado alterado de conciencia



Un estado alterado de conciencia es una condición significativamente diferente al estado de vigilia atenta, es decir, distinta al estado de ondas beta propio de la fase circadiana en la que estamos despiertos. Esta expresión describe cambios en los estados mentales de un individuo, casi siempre de naturaleza temporal.

Tabla de contenidos

Estados normales y alterados

Existen muchos fenotipos en el estado de conciencia. Ejemplos claros son el estado de sueño y el estado de vigilia. Estados alterados que ocurren con frecuencia incluyen los sueños, sueños lúcidos, euforia, éxtasis, psicosis, supuestas premoniciones y experiencias extracorporales.

La alteración de la consciencia es una constante que aparece en la mayoría de los problemas psiquiátricos y en gran cantidad de problemas médicos. En su estado normal, la consciencia permite al sujeto dar una respuesta apropiada a las estimulaciones sensitivas y sensoriales. Notablemente a las más complejas: las estimulaciones verbales, como escuchar y las espaciales, como conducir. Difiere de la vigilia, en que la vigilia depende tan solo del sistema reticulado y que la vigilia, es la capacidad del sistema nervioso de adaptarse a una situación nueva. Los factores causales más comunes incluyen: trauma, accidentes cardiovasculares, drogas y otros envenenamientos, fiebre, desórdenes metabólicos, meningitis, infecciones, tumores cerebrales, desórdenes convulsivos, descompensación cardiaca.

Nuestro cerebro decide sesgar de una forma u otra en función de resultados anteriores, o subjetivos. Lo cual es beneficioso la mayoría de las veces, sino, evolutivamente esta característica no se hubiese perpetuado. Sin embargo, cuando la propia vida o una decisión depende de la veracidad de la información, tal beneficio desaparece o se torna peligroso. Se llama prejuicio cognitivo a la distorsión de la información que se produce en nuestro cerebro al procesarla. A diferencia de lo que se entiende vulgarmente por prejuicio: Tomar decisiones sin tener una experiencia propia, un hecho que evolutivamente parece estar extendido. En el español de uso corriente, prejuicio cognitivo, se acerca más al significado de las palabras tendencia, sesgo, o predisposición.

Una creencia es un modelo creado por la mente para satisfacer un deseo, generalmente sobre un hecho real o imaginario, del cual se desconoce o no se acepta, una alternativa o una respuesta racional. En una creencia todos aquellos individuos que compartan dicho deseo darán por buena una proposición y actuarán como si fuese verdadera, aunque no lo sea. Dado que el inconsciente, a diferencia de la psiquis no razona los procesos mediante la lógica, es más susceptible a las distorsiones cognitivas producidas por las creencias y los sentimientos. E incluso la psiquis razonando, tiene tendencia a regirse por los prejuicios cognitivos.

Muchas de estas desviaciones se estudian en investigación experimental y con frecuencia son estudiadas debido a que afectan a las decisiones en los negocios y la economía.

  • Alteraciones normales: El sueño. Es un comportamiento y una fase normal y necesaria. Tiene dos estados o fases distintas, que son: sueño REM y soñar, se trata de vivencias predominantemente visuales clasificadas como un fenómeno psicológico "rico y revelador de deseos y temores".
  • Alteraciones patológicas: cualitativas y cuantitativas.


Los estados de conciencia alterados muestran la existencia de niveles o fases de vigilia distintas. Estos niveles pueden ser inducidos y alterados de forma artificial o patológica.

  • Inducidos mediante drogas y alucinógenos, o una práctica: discusión, autosugestión, deporte, hipnosis, meditación, miedo, sexo, pranayama, arengar etc.

Un estado alterado de conciencia aparece accidentalmente por medio de estados febriles, privación de sueño, ayuno prolongado, privación de oxígeno, narcosis de nitrógeno o de un accidente traumático.

A veces puede producirse intencionadamente por el uso de privación sensorial, privación de sueño, técnicas de control mental, hipnosis, meditación, oración, o disciplinas como el yoga o el japa hindú, que hace uso de mantras.

También puede ser inducido por medio de la ingestión de drogas psicoactivas, como el alcohol y opiáceos, o bien mediante plantas alucinógenas y sus derivados químicos, como la LSD, DXM, 2C-I, peyote, cannabis, mescalina, Salvia divinorum, MDMA, hongos psilocibios, ayahuasca o datura (a veces llamado Túnica de Cristo).

Otra forma efectiva de inducir un estado alterado de conciencia es usar una variedad de neurotecnología, tal como Hemi-Sync, psicoacústica, estimulación electroterapéutica cranial y simulación de luces y sonido. Estos métodos intentan inducir patrones específicos de ondas cerebrales y en tanto lo logran, un estado alterado específico.


Cualitativas

Por actividad motora disminuida o disminución del nivel de consciencia

Comprendido por grados, está dividido en 3 grupos principales:

  • Coma. Es el más grave de los problemas de la consciencia y de la vigilia. Altera de forma más o menos total las funciones de relación. Un enfermo en coma puede no reaccionar ni a estímulos nociceptivos (que provocan una agresión dolorosa de los tejidos, por ejemplo pincharlos o perforarlos).
  • Estupor. Abarca desde un estado en el cual la persona no reacciona sino a los estímulos simples: su nombre, ruido, luz fuerte, sacudir al sujeto... hasta un enfermo que no reacciona frecuentemente más que a estímulos nociceptivos (que provocan una agresión dolorosa de los tejidos, por ejemplo pincharlos o perforarlos).
  • Obnubilación. Es un estado menos severo, la persona responde correctamente a las órdenes complejas (ejecuta ordenes escritas, realiza calculo mental...), pero con lentitud, fatiga o bastante dificultad de concentración. Obnubilación de consciencia:
    • Grado leve a moderado - comprensión dificultada. Sopor, confusión, estupor, incapacidad de acción espontanea y coma.
    • Grado profundo - imposible cualquier actividad voluntaria consciente y ausencia de cualquier indicio de consciencia.
  • Confusión mental. Es una alteración global y aguda de las funciones psíquicas, cuyas causas orgánicas o psíquicas son múltiples.

- Síndromes psicopatológicos asociados a la disminución del nivel de consciencia:

1. Delirium: diferente de "delirio", es una desorientación temporoespacial con trazas de ansiedad, de ilusiones alienantes y/o alucinaciones visuales.

2. Estado onírico: el individuo entra en un estado semejante a un sueño muy vívido; estado recurrente de psicosis tóxicas, síndromes de abstinencia a drogas y cuadros febriles tóxico-infecciosos.

3. Alienación: excitación psicomotora, incoherencia del pensamiento, perplejidad y síntomas alucinatorios oniroides.

4. Síndrome del cautiverio: la destrucción de la base del puente, promueve una parálisis total de los nervios cranianos bajos y de los miembros.

Por actividad motora incrementada
  • Excitación.
  • Manía.
  • Delirio.

Cuantitativas

1. Estados crepusculares, surgen y desaparecen de forma abrupta y tienen duración variable - de pocas horas a algunas semanas. Ejemplos serían: alucinación, sonambulismo, terror nocturno.

2. Disociación de consciencia. Pérdida de la unidad psíquica común del ser humano, en la cual el individuo se "desliga" de la realidad para dejar de sufrir.

3. Trance, especie de sueño acordado, con la presencia de actividad motora automática y estereotipada acompañada de suspensión parcial de los movimientos voluntarios.

4. Estado hipnótico, técnica refinada de concentración de la atención y alteración inducida del estado de consciencia. Véase el articulo Hipnosis.

Perspectivas

Los estados de conciencia son estudiados por la medicina, la psiquiatría, la psicología, la fisiología y las neurociencias, en estrecha colaboración con la física para crear modelos explicativos del funcionamiento de la conexión sináptica en el cerebro.

El método científico ha considerado los estados de conciencia alterados desde una perspectiva fisiológica. En este sentido se han configurado modelos explicativos de la alteración de conciencia, basados todos ellos en la dinámica de los neurotransmisores y de las áreas cerebrales que serían sobreestimuladas o infraestimuladas. Desde esta perspectiva, cuando la ciencia ha estudiado las mentes de santos o místicos, ha considerado sus estados de conciencia alterados: éxtasis, visiones... etc., como productos de alteraciones neuroquímicas cerebrales y por tanto patológicas. Un ejemplo, para citar un caso, serían los estudios acerca de las visiones y éxtasis de la santa alemana del siglo XII, Santa Hildegarda de Bingen; ciertos estudios hablarían de la hipótesis, entre otras, de un origen migrañoso de sus visiones.

Para la psiquiatría, El pensamiento mágico, que por definición se opone al pensamiento lógico, es más frecuente entre los niños y en las personas pertenecientes a culturas primitivas, o que tienen escaso nivel cultural. El pensamiento mágico está muy presente, en las personas con trastornos de tipo obsesivo-compulsivo. Estas personas realizan una serie de rituales estereotipados, para librarse de algunas ideas extrañas que las asaltan de forma repetitiva e insistente, a pesar de que ellas mismas las consideran con poco fundamento o completamente absurdas: ideas obsesivas.

Es más que probable que elementos básicos del comportamiento cultural humano, tengan su origen en trastornos obsesivo-compulsivos, que lograron la aceptación social, y resulta evidente que este esquema pervive hoy en las sociedades, en las que el pensamiento científico se ha impuesto al mágico pero sin llegar a reemplazarle de verdad o completamente, en el núcleo del psiquismo humano, ya que, obviamente, a muchos individuos el pensamiento lógico no les ha logrado dar respuestas a todos sus miedos, con la eficacia psicosocial de las explicaciones emocionales, elaboradas por el pensamiento mágico, a fin de eludir la ansiedad.[1] Vease el articulo: Mecanismo de defensa.

Manipulación

Los estados alterados se han usado tradicionalmente, para manipular a las personas y hacerlas dependientes de los deseos de otros. A veces mediante el uso de procesos o sustancias que inhiben las capacidades cognitivas del paciente.

Apoyos empleados secularmente son el hambre y la privación de proteínas, que producen confusión y credulidad en la capacidad de raciocinio y la privación del sueño, que causa estrés y confusión.

  Comparado por algunos el subconsciente, con una computadora, su forma de entender la información es distinta. Se lo programa de una manera u otra y ejecuta ciegamente, infaliblemente, el programa que se le ha dado. Lo sepa o no el propio individuo. Recurriendo si es necesario, al autoengaño y a la autosugestión. Véase también Lavado de cerebro y Control mental.

El programa se establece de una manera muy simple. Hablando con propiedad, son varios los programas que se establecen en el sujeto durante la infancia, a una edad en que su sentido crítico está aún muy poco desarrollado y acepta con facilidad y naturalidad todas las sugerencias provenientes del exterior. Estas sugerencias, base del programa, vienen al principio de los padres, sumándose posteriormente otros adultos, educadores y los individuos con los que el niño se relaciona, que pueden ser de su misma edad,o incluso más jóvenes y de otro sexo, e incluso a falta de seres humanos, animales y sociedades animales. Debido a la característica sociable del ser humano.

Una sola palabra o experiencia, puede así marcar la vida y alzar un obstáculo que el individuo no logrará superar en muchos años. Una declaración de amor, una mala noticia, felicitaciones... transforman nuestro ser interior tanto en un sentido como en el otro, y lo más notable es que esas palabras, que en realidad son sugestiones y autosugestiones, ni siquiera necesitan ser ciertas para ejercer un fuerte impacto en alguien, mientras la mente consciente las acepte.

En 1937 la folclorista estadounidense Zora Neale Hurston conoció en Haití el caso de Felicia Felix-Mentor, fallecida y enterrada en 1907 y a quien, sin embargo, muchos lugareños aseguraban haber visto viva treinta años después convertida en zombi. Hurston se interesó por rumores que afirmaban que los zombis existían realmente aunque no eran muertos vivientes sino personas sometidas a drogas psicoactivas que les privaban de voluntad.

Varias décadas más tarde, en 1982, el etnobotánico canadiense Wade Davis viajó a Haití para estudiar lo que pudiera haber de verdad en la leyenda de los zombis y llegó a la conclusión —publicada en dos libros: The Serpent and the Rainbow (1985) y Passage of Darkness: The Ethnobiology of the Haitian Zombie (1988)— de que se podía convertir a alguien en zombi mediante el uso de dos sustancias en polvo. Con la primera, llamada coup de poudre (en francés, literalmente, «golpe de polvo», un juego de palabras con coup de foudre, que significa «golpe de rayo» y también «flechazo» amoroso), se induciría a la víctima a un estado de muerte aparente. Sus parientes y amigos la darían por muerta y la enterrarían, y poco después sería desenterrada y revivida por el hechicero. En ese momento entrarían en acción la segunda sustancia, una sustancia psicoactiva capaz de anular la voluntad de la víctima.

El ingrediente principal de la primera sustancia, el coup de poudre, sería la tetrodotoxina (TTX), una toxina que se encuentra en el pez globo, que habita las costas del Japón y el Caribe. La TTX, administrada en una dosis semiletal (LD50 de 1 mg), es capaz de crear un estado de muerte aparente durante varios días, en los cuales el sujeto sigue consciente a pesar de todo. Otras fuentes hablan del uso del estramonio o datura, que en Haití se llama concombre zombi, esto es, «pepino zombi».


Véase además


Referencias

  • Hoffman, Kay (1998). The Trance Workbook: understanding & using the power of altered states. Translated by Elfie Homann, Clive Williams, and Dr Christliebe El Mogharbel. Translation edited by Laurel Ornitz. ISBN 0-8069-1765-2
  • James, William, The varieties of religious experience (1902) ISBN 0-14-039034-0
  • Roberts, T. B. (editor) (2001). Psychoactive Sacramentals: Essays on Entheogens and Religion. San Francosco: Council on Spiritual Practices.
  • Roberts, T. B., and Hruby, P. J. (1995-2002). Religion and Psychoactive Sacraments An Entheogen Chrestomathy. Online archive. [1]
  • Roberts, T. B. "Chemical Input—Religious Output: Entheogens." Chapter 10 in Where God and Science Meet: Vol. 3: The Psychology of Religious Experience Robert McNamara (editor)(2006). Westport, CT: Praeger/Greenwood.
  • Tart, Charles T., editor. Altered States of Consciousness (1969) ISBN 0-471-84560-4
  • Tart, Charles T., States of Consciousness (2001) ISBN 0-595-15196-5
  • Wier, Dennis R. Trance: from magic to technology (1995) ISBN 1-888428-38-4
 
Este articulo se basa en el articulo Estado_alterado_de_conciencia publicado en la enciclopedia libre de Wikipedia. El contenido está disponible bajo los términos de la Licencia de GNU Free Documentation License. Véase también en Wikipedia para obtener una lista de autores.
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