Estornudo



Un estornudo es un acto reflejo dificilmente reprimible constituido por una inspiración brusca, seguida de una espiración violenta y casi siempre ruidosa.

El punto de partida es la irritación de la mucosa nasal. De hecho, el estornudo es un mecanismo de defensa del aparato respiratorio.

La irritación estimula la sensibilidad de la nariz y ello provoca una fuerte inhalación de aire -aproximadamente dos litros y medio- que pasa a los pulmones. Es entonces cuando los músculos abdominales hacen subir al diafragma para aumentar la presión en los pulmones.

Mientras tanto, los músculos de la faringe se cierran también. El aire sale entonces disparado por la boca a una velocidad promedio de entre 110 y 160 kilómetros por hora y contamina un área de 6 m².

Es muy difícil para una persona mantener sus ojos abiertos mientras estornuda. El reflejo de cerrar los ojos parece no tener objetivo alguno: los nervios que controlan los ojos y la nariz se encuentran relacionados y un estímulo en uno de ellos a menudo produce una respuesta en el otro. También es casi imposible estornudar sin mover la cabeza, sólo si el estornudo es muy suave. Esto es debido a que el movimiento de la cabeza hacia delante ayuda a expulsar las sustancias irritantes del aparato respiratorio.

Factores desencadenantes del estornudo:

Otros mecanismos de defensa incluyen:

Supersticiones y costumbres asociadas al estornudo

 

En el año 400 a. C., el general ateniense Jenofonte pronunció un dramático discurso instando a sus soldados colegas a acompañarlo a la libertad o la muerte contra los persas. Habló durante una hora hasta que un soldado acentuó su conclusión con un estornudo. Considerando este estornudo como una señal favorable de los dioses, los griegos hicieron a Jenofonte general y siguieron sus órdenes.

Entre los paganos de Flandes un estornudo significaba un presagio.

Los católicos romanos popularizaron el uso de la bendición como respuesta al estornudo. La costumbre de decir "salud" tras un estornudo comenzó durante el papado del Papa Gregorio I (540-604), cuando la peste comenzaba a acechar Europa en el año 590. Para combatir la peste, Gregorio ordenó letanía, procesiones y plegarias constantes. Aquel que estornudara debía ser inmediatamente bendecido para evitar el desarrollo de la peste. La costumbre permanece aún entre los hablantes de varios idiomas, entre algunos de los cuales se sigue utilizando literalmente una bendición, como bless you en inglés.

En Hungría y Eslovenia, un estornudo que ocurre después de hacer una afirmación se interpreta a veces como una confirmación por parte de Dios de que lo que se dice es cierto.

En India y Pakistán se cree que cuando alguien estornuda es que recuerda o es recordado por alguien querido.

De acuerdo a una creencia japonesa, estornudar dos veces seguidas es señal de que alguien está hablando de ti.

Una creencia popular muy extendida es que si estornudáramos con los ojos abiertos se nos saldrían los ojos. Por supuesto esto es falso: un estornudo no genera la presión intraocular necesaria para que los ojos se salgan. De hecho hay personas que estornudan con los ojos abiertos debido a la pérdida de alguno de los reflejos relacionados con los párpados.

Véase también

 
Este articulo se basa en el articulo Estornudo publicado en la enciclopedia libre de Wikipedia. El contenido está disponible bajo los términos de la Licencia de GNU Free Documentation License. Véase también en Wikipedia para obtener una lista de autores.
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