Hongos antárticos son eficientes contra el cancro cítrico

Científicos de Brasil detectan acción contra la bacteria Xanthomonas citri en 29 hongos aislados en muestras recolectadas en la Antártida

15.06.2018 - Brasil

El cancro cítrico es una enfermedad que afecta a todas las especies y variedades de frutas cítricas que se cultivan. El agente causal de esta afección es la bacteria Xanthomonas citri, originaria de Asia, en donde existe en forma endémica en todos los países citricultores. Si bien hay algunas formas de combatirla, ninguna es completamente eficaz para eliminarla. De allí que resulte esencial la búsqueda de nuevos métodos químicos o biológicos destinados a proteger las plantaciones.

Daiane Cristina Sass (IB-UNESP)

Twenty of the isolated fungi with action against X. citri belonged to the genus Pseudogymnoascus and were extracted from terrestrial and marine samples. Next came Penicillium (five), followed by Cadophora (two), Paraconiothyrium (one) and Toxicocladosporium (one), all extracted from marine sediments.

En un artículo publicado en Letters in Applied Microbiology, el equipo encabezado por Daiane Cristina Sass, Lara Durães Sette y Henrique Ferreira, docentes del Instituto de Biociencias de la Universidade Estadual Paulista (Unesp) con sede en la localidad de Rio Claro, en Brasil, identificó 29 hongos con probada acción contra Xanthomonas citri. Y el origen de dichos hongos es sorprendente: se los aisló a partir de muestras de suelo y de sedimentos marinos de la Antártida.

"Nuestro grupo trabaja en la búsqueda de microorganismos que produzcan compuestos con acción antibacteriana para su aplicación en la agricultura", dijo Sass, quien coordina el proyecto intitulado "El potencial biotecnológico de metabolitos secundarios de hongos de la Antártida con actividad contra bacterias fitopatogénicas", que cuenta con el apoyo de la Fundación de Apoyo a la Investigación Científica del Estado de São Paulo - FAPESP.

De allí surgió la idea de investigar la colección de hongos que Durães Sette montó en el transcurso de expediciones realizadas durante los veranos antárticos entre 2013 y 2015 por el archipiélago de las Shetland del Sur, en el marco del proyecto Microesfera, vinculado al Programa Antártico Brasileño (Proantar) y al Consejo Nacional de Desarrollo Científico y Tecnológico (CNPq) de Brasil. Durães Sette encabeza el proyecto que lleva el título de "La micología marina y la Antártica: diversidad y aplicación ambiental", que también cuenta con el apoyo de la FAPESP.

En la isla Decepción, Durães Sette aisló 33 hongos filamentosos partiendo de muestras recolectadas en suelo, debajo de madera podrida. En tanto, en las aguas de la bahía Almirantazgo, en la isla Rey Jorge, se aislaron 53 hongos filamentosos de sedimentos marinos situados a 20 metros de profundidad. Todos los linajes de hongos se encuentran depositados en la colección del Instituto de Biociencias, denominada Central de Recursos Microbianos de la Unesp (CRM-Unesp).

"Esos hongos viven en condiciones de aislamiento y proliferan en ambientes inhóspitos, a bajas temperaturas y con un elevado índice de radiación ultravioleta. ¿Cuáles serían sus adaptaciones para lograr sobrevivir en un ambiente tan hostil para la vida? Pretendíamos ver si esos hongos producen moléculas con estructuras únicas, capaces de protegerlos contra las infecciones, y que por ese motivo poseerían acción antibacteriana", dijo Sass.

El cancro cítrico se caracteriza por el crecimiento descontrolado de las células de la planta infectada que genera tumores en las hojas, los frutos y las ramas. La bacteria se propaga a través de esas lesiones. Los síntomas no afectan la calidad ni tampoco el sabor del producto, pero si sus ventas.

Las naranjas contaminadas quedan con una apariencia mala y sólo puede vendérselas a la industria de jugos, la cual les paga menos a los productores que si éstos le vendiesen su producción a los supermercados. Por ende, una plantación infectada con el cancro cítrico es sinónimo de utilidades en declive para el productor.

El control de la enfermedad está a cargo de los propios citricultores. Se recomiendan implementar medidas tales como las fumigaciones de las plantaciones de frutales con productos a base de cobre y la sustitución de las plantas infectadas por plantines sanos y de variedades más resistentes. Asimismo, se hace hincapié en el control de la larva conocida como minador de las hojas de los cítricos (Phyllocnistis citrella). Se trata de una mariposa cuyas larvas provocan heridas en la planta, abriendo así la entrada para la penetración de la bacteria del cancro cítrico.

"El principal método de combate contra el cancro cítrico es la aplicación de compuestos de cobre en los árboles. El lado negativo de esto reside en que aun en pequeñas cantidades, luego del uso prolongado, el cobre termina acumulándose en los frutos, en el suelo y en las aguas, y así contamina todo el medio ambiente. Por eso buscamos nuevos compuestos que sean menos agresivos contra el medio ambiente y menos perjudiciales para el ser humano", dijo Sass.

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