Factores específicos de una cepa del parásito de la malaria determinan la gravedad de la enfermedad

22.06.2017 - Estados Unidos

Un grupo de científicos ha descubierto diferencias específicas entre determinadas cepas de parásitos de la malaria que están vinculadas con su capacidad para provocar la enfermedad en los humanos, lo cual podría tener importantes implicaciones para los ensayos de vacunas antipalúdicas que se están llevando a cabo actualmente.

Según las estimaciones de la Organización Mundial de la Salud, en 2015 hubo 212 millones de casos de malaria en todo el mundo y 429 000 muertes causadas por dicha infección, que es transmitida por el mosquito. Durante las primeras etapas de la malaria, una forma del parásito que aún no ha madurado, llamada «esporozoíto», invade las células del hígado (también llamadas «hepatocitos»), donde madura y se multiplica durante un período de entre seis y siete días, antes de liberar varios miles de sus descendientes al torrente sanguíneo, lo cual provoca la aparición de síntomas clínicos. Pero no todas las infecciones desembocan en anemia e insuficiencia orgánica potencialmente mortales, razón por la cual los científicos han debatido mucho acerca de si hay factores relacionados con el anfitrión o el parásito que, en última instancia, determinen el desenlace de la enfermedad en los pacientes.

En este estudio, Matthew McCall y sus colegas realizaron una infección con malaria controlada en 23 voluntarios humanos sanos y descubrieron que, de tres formas geográfica y genéticamente diferentes del parásito, cada una demostró una capacidad distinta para infectar las células del hígado. Curiosamente, los investigadores notaron que el grado de infección de los hepatocitos en cultivo se correspondía muy de cerca con la concentración del parásito en el torrente sanguíneo. Todos los participantes del estudio recibieron fármacos antipalúdicos y, posteriormente, se recuperaron, aunque algunas cepas provocaron síntomas más intensos, como fiebre y decaimiento. McCall et al. sostienen que la variabilidad entre los tipos de parásitos indica que, en los futuros estudios de exposición para obtener una vacuna contra la malaria, se deberían utilizar varias cepas de la infección para predecir con mayor exactitud la eficacia de dichas vacunas experimentales. Además, los autores mencionan que la infecciosidad de las diferentes cepas del parásito puede variar en poblaciones que puedan haber estado expuestas a la enfermedad anteriormente y, por lo tanto, es necesario llevar a cabo una investigación más a fondo sobre las zonas endémicas.

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