Fábrica de La Felguera



  La Fábrica de La Felguera (Asturias) fueron las primitivas instalaciones de lo que hoy es la empresa Duro Felguera, y que llegó a ser el centro siderúrgico más importante de España.

Tabla de contenidos

Orígenes

El 26 de julio de 1857 el riojano Pedro Duro (1811-1886) instala en La Felguera (Langreo) la fábrica Duro y Compañía. Lo hacía aprovechándose de los recursos ya existentes, como eran el carbón, que venía explotándose desde el S. XVIII, el agua del río Nalón y el Candín, y las "fáciles" comunicaciones proporcionadas por la Carretera Carbonera y el Ferrocarril de Langreo, tercer ferrocarril español, que unía a al municipio de Langreo con Gijón, al igual que la carretera señalada. La actividad industrial en la que se especializó se basó en la extracción de carbón, así como en la siderurgia. Langreo se encuentra en el corazón de las Cuencas Mineras Asturianas, donde se venía explotando el carbón de hulla desde el siglo XVIII. Este carbón era el combustible indispensable para la elaboracón del hierro, que se obtenía con la mezcla del combustible y el mineral de hierro, en el conocido como alto horno, invención perfeccionada con la Primera Revolución Industrial en Inglaterra.

En la zona ya existía desde hacía pocos meses la Factoría de Gíl y Compañía, que había instalado su horno en el actual barrio de Vega. Pedro Duro por su parte fundó su compañía (denominada inicialmente Duro y Cía) en 1857 en unos terrenos denominados La Felguera: "establecer en el sitio llamado La Felguera, una fábrica de hierro de altos hornos, para la elaboración de hierro". Las dos compañías, la de Gil y la de Duro, emprendieron juntas su "aventura" fundando la "Sociedad Metalúrgica de Langreo". En 1859 se encendía el horno de Vega y en la primera semana de 1860 Duro ya producía hierro. Ese mismo año el municipio de Langreo ya era el centro siderúrgico español.

Desarrollo

El contexto de la década de 1860 es difícil pues es un momento de crisis industrial y política. Las empresas reclamaban protección arancelaria y algunas tuvieron que parar temporalmente su producción como la Fábrica de Mieres, en el valle paralelo. La Fabrica de Gil se vio obligada a parar en 1862 mientras que Duro y Cía ponían en marcha su segundo horno en 1862. Por ello no tuvieron más remedio que arrendar a Pedro Duro sus instalaciones. 1865 no sería un año fácil y Mieres volvía a parar. Algunos de los problemas pasaban por abaratar el coste del transporte en ferrocarril de materias primas, extender el ferrocarril hasta el municipio de Laviana, comenzar el ferrocarril a Castilla, y la construcción de un puerto digno en Gijón. Poco a poco, Asturias era la región española de la que más hierros laminados se exportaban, y las siluetas de las chimeneas comenzaban a llenar diferentes paisajes. La Fábrica ya tenía en 1864 construídas sus instalaciones básicas, a saber: modernos hornos, taller de cilindros para hacer chapas, arrendado la fábrica de Vega, etc. y le dejaba en una situación envidiable, teniendo en cuenta una vez más la distancia (de apenas "unos metros") de las minas de carbón. En 1862 entre Duro y Vega se producían más de 9.000 toneladas de hierro colado y 3.000 de dulce, mientras que en 1864 la cifra ya era de 11.000 para el colado y 6.000 para el dulce (y en incremento constante). En 1868 se le encargó la producción de carriles para el ferrocarril de Noroeste, lo que provocó la instalación de un taller de carriles.

Ya en la década de 1870, el ferrocarril de Langreo se disponía a abaratar sus costes y Duro a encender su tercer horno. La subida del hierro inglés y los problemas de la industria vasca a consecuencia de las Guerras Carlistas, favorecieron a la Fábrica de La Felguera y sus exportaciones. Duro buscó pronto en esta década el producir también para la elaboración de construcciones colosales como puentes y barcos. Pero a partir de 1882 la industria básica emprendía su hegemonía, amenzando a las siderurgias asturianas. Ésta se quedaba vieja y debía incorporarse rapidamente a la revolución del acero y el convertidor Bessemer. No en vano, faltaba poco para que, en pleno siglo XX, la empresa que se acabaría denominando Duro-Felguera, se convirtiese en la más importante industria siderúrgica de España de nuevo.

Expansión demográfica y urbana

Como es lógico, la industria siderúrgica de La Felguera propició una revolución urbana y demográfica que se plasma en: la parroquia de La Felguera, que aún se denominaba Turiellos, estaba compuesta por cuatro núcleos principales (La Pomar, Vega -donde se instaló Gil y Compañia-, El Puente y el núcleo central de Turiellos, donde estaba la iglesia parroquial. El crecimiento constante de estos núcleos hizo que Pomar, Vega y Puente acabasen fusionándose en Turiellos. A esta "fusión" se le dio el nombre de Turiellos pues era el núcleo central y nombre de la parroquia. Como la Fábrica se llamaba Fábrica de La Felguera, que era el nombre de los terrenos donde se había instalado, al pueblo se le comenzó a denominar (por inciativa de sus propios habitantes) "La Felguera", nombre que pronto se haría oficial a la localidad y a la parroquia. Paralelamente, comenzarían a tomar fuerza entre los habitantes de la localidad, ideas políticas tales como el anarquismo (que gozaría aqui de una aceptación importantísima) y el socialismo. Así mismo, la zona tenía el índice de alfabetización más alto de España, y uno de los mayores de Europa a comienzos del Siglo XX, gracias a la sucesiva creación de escuelas desde el siglo XIX. La propia fábrica favoreció o construyó ella misma escuelas, centros sanitarios, etc. Mercado, equipamientos, zonas verdes... iban acompañando al progreso de la factoría. Por una parte era un rpogreso lógico: a mayor número de persona, mayor número de servicios. Pero en muchos casos también formaba parte de un importante proyecto de labor social y cultural llevada a cabo por las empresas.

Transición al S. XX y crecimiento

  Entre 1887 y 1889 Duro y Cía. suscribió un contrato con la Marina española para la fabricación de chapas de acero. Esto significaba una importante oportunidad de modernización para la compañía. Sin emabrgo sólo se construyeron dos hornos para el acero y esto resultaba insuficiente, teniendo Vizcaya una clara ventaja sobre Duro. Sin embargo, la expansión de la industria carbonífera en Asturias, los pedidos de la Marina y el arancel proteccionista de 1892, fueron muy favorables. Además se abrían posibilidades de comunicación con el puerto de Avilés. Así se ampliaron los talleres de reparación y ajustes, se levantaron nuevos hornos, se instalaron nuevas fraguas, etc.

En esta ápoca se constituye la Compañía de Asturias por Arnaldo de Sizzo Norris (el Conde Sizzo) y Wenceslao González en La Felguera, junto a la factoría de Duro, especializándose en todo tipo de objetos de moldería. Más tarde sería absorbida por la empresa de Pedro Duro. A este respecto, a finales del suglo XIX y gracias a esta nueva factoría, La Felguera ya contaba con luz eléctrica, alumbrado público y teléfono.

En [[1900] se constituye la Sociedad Anónima Duro Felguera y dos años más tarde comenzaría a cotizar en la bolsa. En esta transformación estaban los nombres de los anteriores dueños comandatarios de Duro y Cía., Antonio Velázquez Duro, Victoria de Lecea, Matía Fernández Bayo, Federico Bayo, etc. Con más colaboraciones, se incorporaban a Duro Felguera personas con una gran experiencia industrial y expertos en negocios. El objetivo ya no era la modernización ni la ampliación de la fábrica, si no convertirla de nuevo en el principal centro siderurgico del país.

Para su proyecto necesitaba más carbón del que producía Duro asique tenían que adquirir las minas de Santa Ana y la Compañía de Asturias, y finalmente la compra se hizo efectiva.

Para hacer frente a la crisis de los primeros años del Siglo XX, Duro aumentó la producción de hulla y aumentó así mismo sus plantas siderúrgicas, pero faltaba por conseguir un gran aumento de capital, que obtuvo con la incorporación de la Unión Hullera y Metalúrgica de Asturias. Esto se hizo efectivo el 1 de enero de 1906, nombrándose consejeros al barón del Castillo de Chirel, al conde Cahen d'Avers, William d'Eichthal, Estanislao Urquijo y al Conde de Urquijo. Ese mismo año, Duro Felguera se convetía en la primera empresa minero-siderúrgica de España.

Hegemonía

Comienza una época en la que la producción se diversifica en toda la comarca. Así, gracias al éxito de Duro, nacen fábricas de ladrillos y cerámicas, químicas, fabricación de tubos y tornillería y producción de energía termoeléctrica, entre otras actividades. En 1920 Duro Felguera es la mayor empresa carbonera del país. Con estos beneficios, se puede perfeccionar la actividad siderúrgica. La renovación de los raíles españoles a partir de 1924 y las obras públicas de Primo de Rivera impulsaron sin duda la industria siderúrgia. En la memoria de 1929 se reconocía que se habían conseguido máximas produciones en todas las secciones de la fábrica. En 1940 (dando por hecho el lógico estancamiento que sufrieron todas las inustrias españolas durante la Guerra Civil), Duro Felguera adquiere el Dique de Gijón, donde reparará y construirá buques. Las políticas autárticas de los años 40 y 50 beneficiarán a la industria carbonera asturiana al carecer de competencia exterior. En el año 1960 la empresa emplea a más de 25.000 trabajadores en sus instalaciones repartidas por todo Asturias. En esa época el municipio de Langreo conoce su máximo desarrollo: entre 1951 y 1960 se construyen en La Felguera 2.171 viviendas y en la vecina Sama 993, mientras que en los pueblos aledaños de Lada 862, en Ciaño 341 y en Barros 135, configurando una gran conurbación urbana en la vega del río Nalón. En esta década la Fábrica de La Felguera conoce su mayor producción y los últimos años de su hegemonía.

Declive

En 1961 se crea la Unión de Siderúrgicas Asturianas (UNINSA), empresa formada por las tres siderúrgicas que sobrevivieron a la competencia: Duro-Felguera, Fábrica de Mieres y la Fábrica de la Sociedad Industrial Asturiana, radicada esta última en Gijón. En 1966 integran su patrimonio siderúrgico en UNINSA, creando una planta siderúrgicaintegral en el valle de Veriña,en Gijón. Esta planta acabaría pasando al INI en los inicios de los 70, integrándose finalmente en ENSIDESA.[1] En esta época la minería del carbón vive también momento complicados. Se tranfiere el patrimonio de Duro y del resto de empresas mineras de Asturias a la actual HUNOSA.   De esta manera, Duro Felguera ira reorientando su producción. Progresivamente se fueron trasladando las actividades industriales a la costa asturiana, mientras que la hegemonía española en siderurgia la recuperaban los Altos Hornos de Vizcaya. Es al final de los 60 y principios de los 70 cuando ENSIDESA cobra su máximo apogeo en la ciudad de Avilés, que vive en este momento un gran progreso económico industrial y demográfico, mientras que Langreo, que tocó techo en 1965 con 70.000 habitantes, y el resto de concejos de las Cuencas Mineras, va perdiendo población. Finalmente, toda la producción siderúrgica se traslada a la costa de manos de ENSIDESA y en 1984 se derriba la fábrica de La Felguera, conservando únicamente algunos edificios de la última generación. En esa misma década, se fueron cerrando más fabricas y talleres en Langreo, a razón de decenas hasta nuestros días, o trasladándose a Avilés y Gijón entre otros puntos marítimos especialmente. Metalsa es una de las pocas factorías siderúrgicas que permanecen en Langreo, y además en los terrenos de la antigua Fábrica.

Actualidad

El lugar que ocuparon las principales instalaciones de la Fábrica lo llena hoy el centro de empresas Valnalón y el Museo de la Siderurgia de Asturias, que pretende mostrar el legado socio-cultural que la industria dejó en un lugar rural que se transformó rápidamente en un núcelo de pequeñas ciudades. Muchas de las estructuras de la vieja fábrica se conservan hoy en día, formando parte del Patrimonio Industrial o albergando numerosos servicios relacionados con nuevas industrias, a parte de numerosas oficinas del grupo Duro Felguera, hoteles, etc. Los edificios conservados son: un taller de ajustes, (el más antiguo que queda en pie, de 1896), un Refrigerante, que es el actual Museo de la Siderurgia, otros dos refrigerantes cilíndricos integrados en el edificio del actual Centro de Formación Profesional, el antiguo taller eléctrico, el antiguo botiquín (que aloja la Escuela de Hostelería, entre otros), los antiguos laboratorios, los antiguos comedores, el edificio de control térmico, el Grupo Illgner, la sala de compresores y el taller de laminación, a los que habría que añadir todos los edificios y estructuras de carácter industrial (viviendas, chales, palacetes, chimeneas, bocaminas, monumentos, castilletes...) que rodean el entorno de la fábrica y configuran un verdadero área de Patrimonio Industrial.

Referencias

  1. Monsacro.net: Historia de Duro Felguera: Proyecto para la creación del Archivo Historico de la compañia
  • Enciclopedia Historia de la Economía Asturiana-Diario "La Nueva España". Editoria Prensa Asturiana, Oviedo. Prensa Ibérica S.A. 1994
  • Villa de La Felguera
  • Monsacro.Net - Historia Duro Felguera
 
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