Huella ecológica



La huella ecológica es un indicador agregado definido como «el área de territorio ecológicamente productivo (cultivos, pastos, bosques o ecosistemas acuáticos) necesaria para producir los recursos utilizados y para asimilar los residuos producidos por una población dada con un modo de vida específico de forma indefinida»[cita requerida]. Su objetivo fundamental consiste en evaluar el impacto sobre el planeta de un determinado modo o forma de vida y, consecuentemente, su grado de sostenibilidad.

La ventaja de la huella ecológica para entender la apropiación humana está en aprovechar la habilidad para hacer comparaciones. Es posible comparar desde las emisiones de transportar un bien en particular con la energía requerida para el producto sobre la misma escala (hectáreas).

Tabla de contenidos

Cálculo

El cálculo de la huella ecológica es complejo, y en algunos casos imposible, lo que constituye su principal limitación como indicador; en cualquier caso, existen diversos métodos de estimación a partir del análisis de los recursos que una persona consume y de los residuos que produce. Básicamente sus resultados están basados en la observación de los siguientes aspectos:

  1. . La cantidad de hectáreas utilizadas para urbanizar, generar infraestructuras y centros de trabajo.
  2. . Hectáreas necesarias para proporcionar el alimento vegetal necesario.
  3. . Superficie necesaria para pastos que alimenten al ganado.
  4. . Superficie marina necesaria para producir el pescado.
  5. . Hectáreas de bosque necesarias para asumir el CO2 que provoca nuestro consumo energético.

Desde un punto de vista global, se ha estimado en 1,8 ha[1] la biocapacidad del planeta por cada habitante, o lo que es lo mismo, si tuviéramos que repartir el terreno productivo de la tierra en partes iguales, a cada uno de los más de seis mil millones de habitantes en el planeta, les corresponderían 1,8 hectáreas para satisfacer todas sus necesidades durante un año. Al día de hoy, el consumo medio por habitante y año es de 2,23 hectáreas, por lo que, a nivel global, estamos consumiendo más recursos y generando más residuos de los que el planeta puede generar y admitir.

Aplicación y metodologías

El análisis Huella ecológica ha sido aplicado a varios niveles, desde la escala global (Wackernagel et al., 1997; 2000), hasta el nivel hogareño (Simmons y Chambers, 1998; Chambers et al., 2000). En este estudio, el componente huella ecológica de Guernsey ha sido calculado y luego usado como una herramienta para explorar la toma de decisiones. Esto ha sido hecho considerando la huella ecológica de pasajeros de viaje, observando datos sobre series de tiempo y el desarrollo de escenarios

La aproximación componente base, primero documentada por Simmons y Cambers (1998) y luego por Simmons et al., (2000) es un acercamiento diferente a la huella ecológica. En lugar de considerar el consumo de materias primas, este considera el efecto de transporte, energía, agua y desecho. Esta resultó una estructura más simplificada y educativa con mayor significado a nivel regional. Esto es principalmente porque esta construido en torno a actividades que las personas pueden razonar y en las cuales ellas participan (tal como la producción de desechos y consumo de electricidad). Simmons y Chambers (1998) calcularon la primera serie de algoritmos capaces de convertir “Uso de Recursos” a “Área de Tierra Equivalente”, titulado “Metodología Eco–índice” (Chambers et al., 2000). El Instituto del Medioambiente de Estocolmo adoptó este acercamiento pionero. En el modelo Componente Base, el valor de la huella ecológica para ciertas actividades son precalculadas usando datos de la región estudiada (Simmons et al.,2000). Con el acercamiento Wackernagel’s, conocido como la Huella Ecológica Compuesta, seis principales tipos de tierra de espacio productivo son usados: tierra de energía fósil, tierra arable, pastura, forestal, tierra construible y espacio de mar. El acercamiento Compuesto considera la demanda humana sobre cada uno de esos tipos de tierra, para una población dada, donde quiera que esta tierra pueda estar.

Primeros Resultados

Clasificación (año 2003)

Clasificación de los países con mayor Huella ecológica (año 2003) [2]
Clasificación Entidad geográfica / País Población (millones de pers.) Huella Ecológica (Ha)
1 Emiratos Árabes Unidos 3 11.9
2 Estados Unidos 294 9.6
3 Finlandia 5.2 7.6
4 Canadá 31.5 7.6
5 Kuwait 2.5 7.3
6 Australia 19.7 6.6
7 Estonia 1.3 6.5
8 Suecia 8.9 6.1
15 España 41.1 5.4
46 México 103.5 2.6
50 Chile 15.8 2.3
55 Argentina 38.4 2.3
57 Venezuela 25.7 2.2
MUNDO 6 301.5 2.23
Países de ingresos altos 955.6 6.4
Países de ingresos medios 3 011.7 6.4
Países de ingresos bajos 2 303.1 0.8


Aunque la huella ecológica aspira a ser sobre todo un indicador cuantitativo y preciso, sus principales frutos los ha dado como marco conceptual que permite comparar sociedades completamente dispares y evaluar su impacto sobre el medio ambiente planetario. En una vida básicamente agraria bien organizada y sin monocultivos extensivos, se estima que entre 1 y 2 ha son aproximadamente el terreno necesario para atender a las necesidades de una familia de forma autosuficiente. Por otra parte, el desarrollo industrial, físicamente basado en la disponibilidad de combustibles fósiles, que con las necesidades de un ciudadano francés medio se ha llegado a la conclusión que serían necesarios otros dos planetas como éste para que los 6.000 millones de seres humanos actuales pudieran vivir todos de esa manera. Estas primeras conclusiones hacen necesario distinguir dos elementos fundamentales: en el mundo industrial actual los impactos se producen a nivel planetario y la huella ecológica poco tiene que ver con el espacio físico ocupado por un grupo humano. De esta manera la huella ecológica de la mayoría de los países desarrollados supera ampliamente su propia superficie, ya que extraen recursos y vierten residuos en lugares muy alejados del planeta.

El valor didáctico del concepto de huella ecológica reside en que hace evidentes dos realidades ligadas que quedan fuera del alcance de la intuición. Primero, que el modo de vida característico de los países más ricos del planeta, no puede extenderse al conjunto de sus habitantes. Segundo, que una economía planetaria sostenible exige de esa misma minoría acomodada una reducción de sus consumos; y también de su nivel de vida, en la medida en que no pueda compensarse con un aumento equivalente en la eficiencia de los procesos productivos.

Véase también

  • Impacto ambiental
  • Cambio climático
  • Calentamiento global
  • Deforestación
  • Desarrollo sostenible
  • Agricultura ecológica
  • Globalización y Antiglobalización
  • Permacultura
  • Biocombustible
  • Bioconstrucción
  • Bill Mollison
  • Masanobu Fukuoka
  • Simplicidad voluntaria
  • Economía ecológica

Referencias

  1. Datos para el año 2003 obtenidos de [1]
  2. Datos obtenidos de [2]

Enlaces externos

  • Portal Sostenibilidad
  • myfootprint.org/ (Estimación detallada de la Huella Ecológica)
  • Documentación gráfica sobre sostenibilidad: Impacto en el territorio
  • Huella ecológica y sostenibilidad
  • La Huella Ecológica y el consumo sostenible
  • Universitat de Barcelona (en catalán)
  • Entrevista a William Rees (en catalán)
 
Este articulo se basa en el articulo Huella_ecológica publicado en la enciclopedia libre de Wikipedia. El contenido está disponible bajo los términos de la Licencia de GNU Free Documentation License. Véase también en Wikipedia para obtener una lista de autores.
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