Prótesis valvular cardíaca



Las prótesis valvulares cardíacas son válvulas de corazón fabricadas o preparadas industrialmente, que se utilizan en pacientes con insuficiencia o estenosis valvular. Estos pacientes sufren de una enfermedad que hace que una o varias de las cuatro válvulas del corazón no funcionen como es debido, por lo que no pueden llevar una vida normal, o incluso se encuentran en un grave peligro. En tal caso está indicada una operación a corazón abierto, en la que el cirujano retira el tejido de la válvula o de las válvulas deficientes e implanta en el corazón una o varias prótesis valvulares.

Válvulas mecánicas

Consta de una estructura metálica de gran resistencia, de un tejido de fibra artificial de teflón circular, y de un disco de carbón pirolítico, un material extraordinariamente resistente al desgaste y a las roturas. El disco pivota libremente entre los soportes mecánicos, los cuales lo sujetan firmemente y permiten al mismo tiempo que se cierre por completo y que se abra en un ángulo de 70 grados. De esta manera la válvula artificial cumple con la función de la válvula natural, que consiste en abrirse para dejar pasar la sangre, y cerrarse para evitar que ésta fluya hacia atrás. Este tipo de válvula se denomina mecánica debido a que todas sus piezas son fabricadas industrialmente. Existen varios modelos de válvulas mecánicas, que varían según el cirujano que las ha desarrollado y el laboratorio que las fabrique.

Las primeras válvulas artificiales consistían en una pequeña bola que subía para abrirse y bajaba para cerrarse. Posteriormente aparecieron las válvulas de disco, en las que éste estaba fijado a la estructura metálica, y se abría y cerraba como si se tratase de una puerta. La siguiente generación fueron las válvulas de disco pivotante. Actualmente existe también un modelo de válvula que dispone de dos medias partes de disco, con lo que se consigue una mayor apertura para dejar pasar la sangre.

Válvulas biológicas

Otro modelo muy distinto de prótesis valvulares cardíacas son las válvulas biológicas, que se preparan industrialmente a partir de las válvulas del corazón de los cerdos. Éstos son animales cuyos tejidos son bien tolerados por los seres humanos, por lo que no se presentan normalmente graves problemas de rechazos. Además, las válvulas de los cerdos son tratadas con sustancias especiales para reducir al máximo esta posibilidad de rechazo. La ventaja de las válvulas de cerdo respecto a las mecánicas es que se trata de un tejido natural, mucho más parecido al tejido humano. El inconveniente es que, precisamente por ser natural, la fiablidad no siempre es del cien por cien, y el desgaste acostumbra a ser superior que en las válvulas mecánicas.

En todo caso es el cardiocirujano quien evalúa en cada caso los pros y contras de los diferentes tipos y modelos de válvulas existentes, y quien toma la decisión final acerca de cual implantará.

Una vez recuperado de la operación, el paciente se sentirá completamente restablecido y podrá llevar una vida normal. Únicamente deberá someterse periódicamente a una revisión, a fin de que el cirujano pueda comprobar el correcto funcionamiento de la o las prótesis implantadas.

Véase también

 
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