ASEBIO muestra su preocupación ante la libertad que concede la CE para el cultivo de variedades modificadas genéticamente

Algunos países podrían esgrimir criterios no científicos para prohibir su cultivo, como niveles de tolerancia para el etiquetado más bajos del 0,9% autorizado por la UE

15.07.2010 - España

La Comisión Europea ha anunciado unas nuevas propuestas en la aprobación para el cultivo de variedades derivadas de nuevos tipos de plantas modificadas genéticamente (MG).

A pesar de que la propuesta ocurre casi un año después de constituirse la actual Comisión Europea, desde la Asociación Española de Bioempresas (ASEBIO) aplaudimos el intento de la Comisión Europea de agilizar las autorizaciones pendientes,-algunas desde hace más de seis años a pesar de haber sido calificadas de forma positiva por la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA)-. Entendemos que las nuevas normas mantienen el criterio de una autorización única a nivel europeo (con base en la Directiva 2001/18 y el Reglamento CE nº 1829/2003), respaldada por la opinión científica positiva de la EFSA.

Sin embargo, la CE introduce la posibilidad de que algunos Estados miembros permitan o impidan en su territorio el cultivo de estas nuevas variedades. En ASEBIO entendemos que algunos países podrían prohibir el cultivo esgrimiendo razones ajenas a criterios científicos o de seguridad, tales como normas estrictas de coexistencia o niveles de tolerancia para el etiquetado más bajos del 0,9% actualmente vigente en la Unión Europea. Este hecho limitaría a muchos agricultores la posibilidad de utilizar estos cultivos que mejoran el rendimiento de las cosechas y ofrecen tecnologías de última generación para combatir plagas y condiciones atmosféricas adversas.

Al mismo tiempo manifestamos nuestra seria preocupación por:

- El creciente retraso respecto a los países americanos líderes en la producción de granos en el empleo variedades MG mejoradas con ayuda de las modernas tecnologías, a pesar de cumplirse el decimoquinto aniversario de su cultivo extensivo sin problemas para las personas o para el medio ambiente.

- La demora que sufren los agricultores de la Unión Europea para disponer de medios de producción adecuados, como las variedades MG tolerantes a herbicidas de baja peligrosidad, que han sido autorizadas para importación y consumo en la UE durante los últimos cinco años.

- El establecimiento de umbrales de etiquetado distintos a los actuales, lo que podría dar lugar a una fragmentación del mercado único europeo sin justificación ni ventajas competitivas en unos tiempos de grave crisis económica.

- El hecho de que las medidas de coexistencia, donde y cuando sean necesarias, no sean discriminatorias sino proporcionadas.

- La legislación frene la innovación, en lugar de estimularla.

España es el mayor productor comunitario de cultivos modificados genéticamente, con 76.000 hectáreas de maíz protegido contra plagas de insectos, que representaron el 80% de la superficie total de maíz Bt en la UE y un índice de adopción récord del 22%, lo que le sitúa en decimocuarto lugar en todo el mundo en el ranking de países productores de MG.

En 2009, se contabilizaron otros 700.000 agricultores más que producen cultivos modificados genéticamente, lo que eleva la cifra mundial a 14 millones, de los que un 90% son pequeños agricultores de países en desarrollo.

Los países que tienen autorizada la siembra de este tipo de cultivos suman 25 y otros 32 lo importan, entre ellos los países miembros de la UE.

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