Efectos del alcohol en el cuerpo



Los efectos del alcohol sobre el cuerpo toman variadas formas.

El alcohol, específicamente el etanol, es una potente droga psicoactiva con un nivel de efectos secundarios. La cantidad y las circunstancias del consumo juegan un rol importante al determinar la duración de la intoxicación, por ejemplo, al consumir alcohol después de una gran comida, es menos probable que se produzcan signos visibles de intoxicación que con el estomago vacío[cita requerida]. La hidratación también juega un rol, especialmente al determinar la duración de las resacas.




El alcohol tiene un efecto bifásico sobre el cuerpo, lo cual quiere decir que sus efectos cambian con el tiempo. Inicialmente, el alcohol generalmente produce sensaciones de relajo y alegría, pero el consumo posterior puede llevar a tener visión borrosa y problemas de coordinación. Las membranas celulares son altamente permeables al alcohol, así que una vez que el alcohol está en el torrente sanguíneo, se puede esparcir en casi todos los tejidos del cuerpo. Tras el consumo excesivo, puede aparecer la inconsciencia y a niveles extremos de consumo pueden llevar a un envenenamiento por alcohol y a la muerte (con una concentración en la sangre de 0.55% podría matar a la mitad de los afectados[cita requerida]). La muerte puede ser causada por asfixia si el vómito, un resultado frecuente de la ingesta excesiva, obstruye la tráquea y el individuo está demasiado ebrio para responder. Una respuesta apropiada de primeros auxilios a una persona inconsciente y ebria es ponerla en posición de recuperación.

La intoxicación conduce frecuentemente a una baja de las inhibiciones de uno, y la gente intoxicada hará cosas que no haría estando sobrios, a menudo ignorando las consideraciones sociales, morales y legales. El término intoxicación es usado típicamente en procedimientos legales cuando se ha cometido algún crimen durante el estado de ebriedad.

Acción sobre el cerebro

El etanol es rápidamente absorbido por el torrente sanguíneo, alcanzando el cerebro y el resto de las células del cuerpo. Como molécula pequeña es capaz de cruzar la barrera hematoencefálica del cerebro. Por razones que aún están siendo investigadas, la llegada del alcohol al cerebro produce el lanzamiento de dopamina y endorfina al torrente sanguíneo, lo cual produce euforia. Posteriormente el efecto depresivo causado por el alcohol se debe a que actúa sobre los canales BK de potasio, los cuales son calcio dependiente. El etanol potencia la actividad de los canales BK lo cual disminuye la excitabilidad de las neuronas. El etanol actúa sobre los receptores del neurotransmisor GABA, aunque se ha cuestionado si este es realmente una consecuencia directa del efecto producido en los canales BK. Los efectos en los receptores de GABA son similares a los producidos por los ansiolíticos tales como el diazepan y benzodiazepan. GABA es un neurotransmisor inhibidor, lo cual significa que retarda o inhibe el impulso nervioso. El etanol incrementa la eficacia de GABA actuando a través de los receptores GABA

Cuando es usado durante un periodo de tiempo prolongado, el etanol cambia el número y tipo de receptores de GABA, lo cual es responsable de los cambios violentos en el comportamiento del individuo. El etanol produce la muerte de las células nerviosas. Esta muerte se debe al incremento de la concentración intracelular del calcio, lo cual tiene varios efectos entre los cuales destaca la secreción de proteasas, las cuales degradan las proteínas celulares.

Véase también


Enlaces externos

  • Efectos del consumo de alcohol sobre la salud, resumen en español de GreenFacts de un informe de la OMS
 
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