Marisma



 

En Geografía, una marisma es un ecosistema húmedo con plantas herbáceas que crecen en el agua. Una marisma es diferente de una ciénaga, la cual está dominada por árboles en vez de herbáceas. El agua de una marisma puede ser dulce o del mar, aunque normalmente es una mezcla de ambas, denominada salobre. Las marismas costeras suelen estar asociadas a estuarios, éstas se basan comúnmente en suelos con fondos arenosos.

Las marismas son muy importantes para la vida salvaje siendo uno de los hábitats preferidos para criar una gran variedad de vida animal; desde diminutas algas planctónicas, hasta una abundante cantidad de flora y fauna, fundamentalmente aves.

Tabla de contenidos

Generalidades

Una marisma es ecosistema que tiene por unida del relieve principal una depresión (normalmente causada por un río) que está aneja al mar, lo que produce un terreno bajo y pantanoso que se inunda por efecto de las mareas y de la llegada de las aguas de los ríos que desembocan en sus proximidades. Aun que en los finales de los ríos exista este paisaje climático azonal, también puede coexistir en el mismo lugar deltas, o estuarios. Las marismas son humedales que se consideran un auténtico ecosistema debido al sinfín de organismos que habitan en él, desde diminutas algas planctónicas, hasta una abundante cantidad de flora y fauna, fundamentalmente aves. Las zonas de marismas son las más ricas y fértiles del mundo en lo que se refiere a cultivo, pues, cuando la marea sube, deposita sedimentos. Esto debido a que son zonas intermareales, es decir, aquellas donde las corrientes de las mareas provocan la deposición de lodos próximos a la costa. Esos son, fundamentalmente: limo, arcilla y arena. Juntos, además de otros componentes, forman la turba, un material orgánico compacto, de color pardo oscuro y rico en carbono, utilizado como combustible de biomasa y como abono. En el ecosistema de marisma cumplen diversas funciones, entre ellas amortiguar y minimizar las corrientes marinas en momentos en el que exista mucho viento (como en una tormenta). Un ejemplo de este tipo de ecosistema son las Marismas del Guadalquivir, situadas en Sanlúcar de Barrameda, Cádiz. Sus aguas van a desembocar en el Océano Atlántico. Tienen una extensión aproximada de 2000 km2, o su equivalente, 200.000 hectáreas, y se halla a aproximadamente 37° 2′ 0″ N, 6° 24′ 28″ O. Se considera Parque Natural desde 1989 con 53.709 ha; y Parque Nacional desde 1994, con 50.720 ha.

Las marismas se caracterizan por la falta de relieve y por su estacionalidad, es decir por los cambios profundos que se producen en las estaciones del año. La uniformidad de las marismas solo se rompe por unos pequeños accidentes conocidos con el nombre de vetas, que son unas elevaciones que se originan durante la estación lluviosa; sin ellas podrían perecer ahogados muchos animales terrestres, como los conejos y las liebres.

Relieve

En un ecosistema de marismas, las altitudes rondan de 0 metros a 10 metros. Las formas dominantes del relieve continental de este ecosistema son las llanuras y las depresiones fundamentalmente, aunque pueden existir montañas y mesetas como límite geográfico en la zona periférica a este ecosistema. Las marismas presentan diversos niveles de estancamiento, que se corresponden con diferentes niveles de terrazas. Una terraza es la colmatación de una depresión producida de un río que se inundan debido a las mareas. Las formas dominantes del relieve costero se asemeja a una ría, donde el mar va ganando espacio hacia el interior del continente.


Aguas

Las marismas son medios naturales muy complejos pero podemos establecer, como característica definitoria de estos ecosistemas, la confluencia de aguas dulces y saladas en áreas poco profundas afectadas por las mareas. El agua existente en las marismas, debido a la presencia de dos tipos diferentes de agua, es salobre, como consecuencia de su salinidad intermedia entre la del mar y la de las aguas continentales procedentes de los ríos. Las mareas suelen ser altas, pues frecuentemente inundan las llanuras provocadas por la colmatación de las depresiones litorales cerradas, que crean terrazas cada vez más altas, favoreciendo así la sedimentación de limos. Los mares y océanos por los que son bañados dependen de la zona. Normalmente, las marismas son de agua salada, pero hay veces en donde estas aguas son dulces, por efecto del río que las contiene. Por ejemplo: en el Parque Natural y Nacional de Doñana, se encuentran las Marismas del Guadalquivir, que son bañadas por el Océano Atlántico. El principal río que baña este ecosistema, como su nombre indica, es el río Guadalquivir. Nace en Pozo de Alcón, Sierra de Cazorla (Jaén), posee una longitud de 657 kilómetros, un caudal moderado y sólo es navegable desde el mar hasta Sevilla.


Clima

El clima de este ecosistema no es fijo, pues al ser una paisaje azonal (como su nombre indica, no tiene zona propia; es decir, que no esta influenciado por la latitud, longitud, temperatura, etc.), no tiene clima predeterminado. Sin embargo, si se puede tomar un ejemplo de marismas. El clima de las Marismas del Guadalquivir es un clima suave, mediterráneo, de 15 º C como media anual. El clima mediterráneo se caracteriza por tener inviernos relativamente húmedos y veranos secos, resultantes de las variaciones del frente polar (ártico) y de las altas presiones subtropicales (procedentes en su mayor parte de África). Las precipitaciones son más frecuentes en las estaciones intermedias, como son la primavera y, especialmente, el otoño; estación que puede dar lugar a lluvias torrenciales, causadas debido a la acumulación de calor en las masas de agua durante el verano, y la llegada de gotas frías polares. Estos últimos se denominan así debido a que provocan situaciones de tiempo estable y ausencia de precipitaciones. Las temperaturas son suaves durante todo el año, con una media de unos 15 º C. Lo más significativo del clima son los tres o cinco meses de aridez en el verano; cuando está bajo el dominio del anticiclón subtropical. Dicho esto último, en la clasificación según el climatólogo y botánico alemán Wladimir Köppen, se considera un Cs, es decir, >0º C y <18º C y estación seca en verano. Algunos climatólogos lo consideran Csb, que significa lo mismo que Cs, pero con mes más cálido por debajo de 22º C, o Csa; mes más cálido por encima de 22º Cs. Prioritariamente, se considera España una de clima Csb, por lo tanto, las marismas del Guadalquivir (Cádiz) se consideran también una zona Csb.


Flora y Fauna

  • Fauna: En este ecosistema se dan las condiciones idóneas para que invertebrados, peces, moluscos, aves, mamíferos... vivan, se alimenten y reproduzcan. Los animales fundamentales son las aves acuáticas que habitan en este ecosistema. Como ya hemos dicho, en las marismas se produce un aporte de sedimentos, tanto de origen terrestre (proveniente del río) como marino (proveniente de las mareas). Este hecho proporciona así una importante riqueza en nutrientes orgánicos. Si a esto le sumamos una buena iluminación (proveniente de una zona denominada zona fótica; que viene de fotón, partícula de la que está formada la luz), nos encontramos en las condiciones idóneas para el desarrollo de multitud de organismos, tanto microscópicos como macroscópicos. Según esto último, la fauna de este ecosistema se puede agrupar en:

-Organismos microscópicos: la importancia de estos organismos radica en que constituyen la base de la cadena alimenticia. Fundamentalmente existen bentos (organismos que viven en las profundidades), necton (organismos que viven), y plancton.

-Organismos macroscópicos: Dentro de este grupo, es loable destacar dos grupos, invertebrados y vertebrados. Invertebrados, como son la anémona, la gusana de coco, la gusana de tubo, y los detritívoros filtradores, que se ocultan en nichos junto con algunos vertebrados (animales como los moluscos, los crustáceos, los peces…). También abundan los equinodermos, que son objeto de explotación por la actividad marisquera desde tiempos históricos. En los vertebrados, son frecuentes los peces, como el salmón, el lenguado y el aligote, que utilizan las marismas como centros de desove (puesta de huevos). Durante las primeras fases de su vida, encuentran en este ecosistema unas condiciones ambientales ideales que les permiten alimentarse y desarrollarse con facilidad. Otro tipo de vertebrados son los mamíferos. Algunos de ellos son: los jabalíes, los linces, conejos e, incluso, caballos. En España, este último animal mencionado, debido a la obligación de pasar por ecosistemas de este tipo, adquirió una dotación genética en la forma de andar debido a que tuvo que adaptarla para que no se le encallaran las pezuñas. Esta dotación genética hace que cualquier caballo de raza español o andaluza (llamado también el cartujano) tenga estas formas tan extrañas de andar.

  • Flora: En este ecosistema, es una verdadera proeza la existencia alguna de flora. Las plantas que pueblan las marismas (también llamadas plantas halófitas) llegan a soportar concentraciones de sal de 10%, debido a que en las marismas entra agua procedente del mar y el viento y el sol se encargan de evaporarlas. Los suelos, al estar inundados, tienen un problema de falta de aireación, lo que lleva a la muerte de cualquier planta no autóctona. En la zona de marisma podemos distinguir claramente las zonas que están casi continuamente inundadas de las que lo están de forma más esporádicamente por la vegetación existente en cada zona. Otro problema que nos encontramos en las Marismas es que las plantas han tenido que adaptarse a fuertes oscilaciones en la concentración de sal (osmóticas), ya que las lluvias pueden hacer que el agua quede a una salinidad cercana a cero, es decir, agua dulce. Los suelos salinos tienen una presión osmótica muy alta, aunque estén empapados de agua, y son fisiológicamente secos para las plantas no especializadas, incapaces de absorber el agua salada. Una adaptación decisiva para las plantas que habitan esas zonas es que las membranas de los pelos absorbentes (radiculares) sean permeables a la sal, que en este caso penetra libremente en los tejidos y no ejerce acción osmótica (presión osmótica: en física, presión que hacen una mezcla cuando las partículas del disolvente en una disolución sobre la membrana semipermeable ejerce fuerza que la separa de otra de mayor concentración, como si un filtro fuese taponado y no pudiera aspirar más). La flora existente en las marismas está formada por diversas comunidades vegetales diferenciadas unas de otras debido a la diversidad de hábitats, destacando cuatro grupos de vegetación: las praderas marinas, los espartinales, las comunidades suculentas anuales de salicornias y las comunidades halófilas arbustivas. Algunas de estas plantas son: taray, sabina negral, coscoja, lentisco, jaguarzo, jara, romero. De la familia de la gramíneas: Spartina densiflora y Spartina marítima.

Medio Ambiente

En la marisma, al no ser propicio para la vida humana, no hay apenas vida humana residente en este ecosistema. No obstante, se dan actividades en las marismas, como son las piscifactorías o los molinos que usan la fuerza mareal para la muela del grano (molino de mareas). Uno de los pocos que se conservan se localiza en Las marismas de Isla Cristina. La anguila y el salmón, por ejemplo, son los vertebrados acuáticos que forman parte de la actividad de diferentes pesquerías. En torno a su explotación se ha desarrollado la industria conservera, especialmente de la anchoa y la sardina, que ha transformado la actividad pesquera y económica de los habitantes periféricos a esta zona. En las Marismas del Guadalquivir, aparece otra actividad humana que peligra el desarrollo de este ecosistema, que es el aporte de sedimentos. Esto es debido a diversos factores, entre ellos que los ríos están cargados de sedimentos (contaminación por parte de las ciudades) y estos sedimentos los depositan en las marismas. Este aporte de sedimentos ha provocado la progresiva falta de navegación en los ríos de los que proceden los sedimentos de esta zona. Desde que se ejecutó la primera corta en 1794, el recorrido del río hasta Sevilla se ha reducido desde los primitivos 120 kilómetros desde la desembocadura hasta los 80 actuales. Por la misma razón el cauce principal del río se ha encauzado y excavado en múltiples ocasiones. En el siglo XX, y utilizando argumentos de higiene y salud pública, se incrementó la presión económica por desecar las Marismas, con la finalidad última de aprovechamiento económico de las tierras que se desecarían con su dedicación a fines agrícolas, ganaderos, de extracción de sal y urbanísticos. Esto ha provocado que se hayan amputado brazos laterales, construido diques y sistemas de drenaje. A esto se ha añadido la transformación del conjunto de la cuenca hidrográfica, con la construcción de un potente sistema de regulación y aprovechamiento del agua que ha modificado radicalmente el régimen hidrológico del río, reduciendo sus estiajes y laminando sus avenidas.

Véase también

 
Este articulo se basa en el articulo Marisma publicado en la enciclopedia libre de Wikipedia. El contenido está disponible bajo los términos de la Licencia de GNU Free Documentation License. Véase también en Wikipedia para obtener una lista de autores.
Su navegador no está actualizado. Microsoft Internet Explorer 6.0 no es compatible con algunas de las funciones de Chemie.DE.