Reflejo de marcha automática



El reflejo de la marcha automática (junto a otros como el de Moro, succión, graspin o incurvación de tronco) es un reflejo arcaico que se da en los seres humanos durante las primeras semanas de vida, generalmente hasta el cuarto, quinto o sexto mes.

Aparece generalmente a partir del cuarto día de vida cuando se sujeta al niño por debajo de las axilas sobre un plano recto y éste flexiona o estira sus piernas alternativamente como si quisiera caminar. Este reflejo termina desapareciendo o convirtiéndose en lo que serán los primeros ejercicios en los que el niño comienza a andar mediante sostén o intentando alcanzar un objeto, la madre, etcétera. Si más allá de estos primeros meses continua como conducta refleja se puede considerar como signo patológico en el desarrollo.

 
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