Curare



Esta página es acerca de las toxinas naturales. Para la banda musical, vea Curare (banda).

 

El curare, (Chondodrendon tomentosum, Menispermaceae, Strychnos jobertiana) es una sustancia pastosa de color parda extraída de diversas especies del género Strychnos toxifera que abundan en la cuenca del amazonas. Esta sustancia era ya utilizada ya por pueblos indígenas de América del Sur, África, Asia y Oceanía con el que empozoñan untando sus flechas para inmovilizar a sus presas.

Tabla de contenidos

Preparación

Los nativos cocinan las raíces y tallos, agregándole otras plantas y los usan para el envenenamiento de sus flechas y virotes. Para elaborar el curare se hierven fragmentos de corteza, raíces, tallos y zarcillos. Se le añaden agentes catalíticos y se vuelve a hervir hasta convertirlo en un jarabe, que se expone al sol y se deja secar; el producto final es una pasta que se guarda en calabazas o en tubos de bambú.

Historia

La primera referencia escrita que se tiene del curare corresponde a las cartas del historiador y médico italiano Pietro Martire d’Anghiera (1457 - 1526) que se imprimieron parcialmente en 1504, 1507 y 1508. La obra completa de este autor con el nombre de Decades de Orbe Novo se publicó en 1516 y reseñaba el uso de flechas emponzoñadas con curare por los indios.

En 1510 Juan De la Cosa, ex-geógrafo de Colón, murió a causa de una flecha cuya punta estaba untada con pasta de curare, disparada por cerbatana.

Para 1595 Sir Walter Raleigh escribe la primera descripción de la raiz tupara de la planta Strychnos toxifera y su producto el urari (ourari), conocida más tarde como curare.

En 1856, el biólogo y fisiólogo francés Claude Bernard (1813 – 1878), menciona en su libro de lecturas "Leçons sur les effets des substances toxiques et medicamenteuses" (1857) que el efecto del curare era debido al bloqueo funcional de la placa neuromotora.

En 1865, Preyer consiguió la primera forma purificada y cristalizada de curare, a la que denominó curarina.

La primera administración de curare en una anestesia general fue 1912 en un hospital de Leipzig, por el cirujano alemán Arthur Läwen quien administró curarina obtenida a partir del curare de calabaza a 7 pacientes sometidos a anestesia general, para facilitar el cierre de la pared abdominal. Läwen fue el primero en estudiar el curare en experimentación animal, el primero en administrarlo a humanos, y en observar su efecto beneficioso como relajante muscular durante la anestesia general. Läwen dejó de usar el curare por culpa de fallas en el suministro de la sustancia y aunque los resultados fueron publicados en 1912 su contribución a la historia de la anestesia se pasó por alto.

En 1917, el Servicio Secreto inglés evitó la consumación de un atentado contra el primer ministro David Lloyd George. Los conspiradores iban a eliminar al mandatario lanzándole dardos impregnados con curare.

La introducción del curare en la anestesia clínica general ocurrió en 1928 cuando el Dr. Francis Percival de Caux (1892–1965), de origen neozelandés utilizó curare en siete pacientes cuando laboraba como anestesista en el Hospital Middlesex de Londres. Su trabajo no fue ampliamente publicitado y al igual que sucedió con Arthur Läwen, esta contribución para la historia de la anestesia ha sido pasada por alto por la mayoría de los autores.

En 1938 Abraham Elting Bennett usa por primera vez el curare para prevenir el trauma sostenido en pacientes a quienes se les aplica terapia con electrochoques y por administración de pentilenotetrazol (Cardiazol) y así evitar fracturas y luxaciones.

La primera investigación acerca de la fuente del curare en el Amazonas fue hecha por Richard Evans Schultes en 1941. Schultes descubrió que tipos diferentes de curare poseían hasta 15 ingredientes y con el tiempo ayudó a identificar más de 70 especies que producían la droga.

Posteriormente, el 23 de enero de 1942, y gracias al Dr. Harold Randall Griffith (1894-1985) y a la Dra. Gladys Enid Johnson (MacLeod) (1909-2001), ambos de Canadá, el curare se utilizó con éxito en un paciente al que se le practicó una apendicectomía.

Antes de su introducción en la práctica clínica, la relajación muscular del paciente sólo se podía conseguir profundizando el nivel de la anestesia, lo que podía llevar a ocasionar a una peligrosa depresión respiratoria y otras alteraciones sanguíneas.

Modo de acción

El curare produce parálisis progresiva y finalmente un colapso cardíaco. El efecto se produce bloqueando la conducción nerviosa motora a nivel de la placa neuromuscular inhibiendo la captación de acetilcolina. Aún a dosis mínimas su efecto es letal y se debe a la acción de varios alcaloides. Uno de ellos es la curarina, que se emplea en medicina. Su mecanismo de acción consiste en unirse de manera competitiva y reversible a los receptores neuromusculares impidiendo que el músculo pueda contraerse. De esta manera el individuo queda paralizado y muere por asfixia mecánica al no poder contraer el músculo diafragma, que es el que permite la respiración.

Uso Farmacológico

Como uso farmacológico, debe su acción al alcaloide d-tubocurarina, que produce el bloqueo del impulso nervioso a nivel de la placa motora, produciendo una parálisis muscular.

Uso terapéutico

Se ha empleado en tratamiento de convulsiones o espasmos musculares, en síndromes neurológicos que cursan con hipertonía muscular. Actualmente su única utilización es en anestesia para obtener una relajación muscular durante la cirugía. Actualmente los relajantes musculares que se utilizan en anestesia ya no son derivados de la D-tubocurarina sino sintetizados artificialmente y con un mejor perfil farmacológico como son: el Vecuronio, el Atracurio, el Cisatracurio o el Rocuronio.

 
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