Helioterapia




Se llama así al uso de los rayos solares como supuesto remedio terapéutico para numerosas afecciones. Puesto que la luz solar es un conjunto de radiaciones cuyas longitudes de onda visibles van, aproximadamente, desde 400 a 700 nanómetros (millonésimas de milímetro), no se debe olvidar el hecho de que, además de la luz visible, hay otras radiaciones solares que no son perceptibles como luz, pero cuyos efectos se dejan sentir en nuestra salud con igual o mayor intensidad.

Tabla de contenidos

Efectos supuestamente beneficiosos de la helioterapia

  • Efecto antirraquitismo: la luz solar favorece la producción de vitamina D, la que necesitamos para absorber el calcio de los alimentos y fortalecer nuestros huesos. Puesto que la piel no es totalmente opaca, la luz llega a la sangre que circula por los capilares situados en las capas más superficiales. Y en la piel precisamente es dónde se encuentra la llamada provitamina D, la cual se convierte en vitamina D por la acción de los rayos solares. No es necesario tomar el sol en exceso, ya que una pequeña cantidad de vitamina D es suficiente.
  • Efecto estimulante sobre la mente: la luz induce al optimismo, hace ver la vida de una forma más positiva y evita depresiones y tristezas. La luz del sol tiene, en este sentido, los mismos efectos que la luz artificial, pero no cabe duda de que siempre es más agradable la dosis de luz en un ambiente abierto, en el campo, directamente del sol, que en una habitación cerrada y procedente de una fuente de luz artificial. El efecto estimulante de la luz sobre la mente humana es algo ampliamente demostrado y, de hecho, ya la exposición a la luz forma parte de las pautas de tratamiento en algunos pacientes con depresión.[cita requerida]
  • Efecto estimulante sobre la propia piel: la exposición directa a los rayos solares provoca una ligera irritación de las capas más superficiales de la piel, que dilata los capilares encontrados en la superficie cutánea; gracias a ello aumenta la sangre que circula por la piel. En su forma menor, esta irritación da lugar al llamado eritema solar. No hay que olvidar que esta irritación provocada por los rayos solares que actúan sobre la piel, pude ser un arma de doble filo, ya que mientras por una parte mejora la circulación de la sangre en la piel, por otra puede dañar las células de la epidermis, resecándolas y dando lugar a que envejezcan prematuramente. Es sabido que las personas cuya profesión les ha exigido estar al sol durante largas horas tienen la piel más arrugada y envejecida.

Es importante mencionar que el envejecimiento de la piel es el menor de los efectos nocivos; el más peligros (que nunca debe olvidarse) es el cáncer de piel.


Una práctica correcta de la helioterapia

La helioterapia utiliza la exposición al sol de manera dosificada. Aunque sea un tópico tan común como antiguo, no es correcta la idea de que "cuanto más sol, mejor salud". Por eso es importante hacer detallar que una helioterapia correctamente practicada exige:

  • Evitar las horas de mayor intensidad solar. Principalmente en los meses de verano, huir de las horas cercanas al mediodía y aprovechar las primeras horas de la mañana o las últimas de la tarde, cuando el sol no es tan intenso.
  • Comenzar la exposición al sol progresivamente. En un principio, no más de 15 minutos y aumentando paulatinamente el tiempo de exposición a medida que la piel se vaya cubriendo del color moreno, que es su protección natural ante los rayos ultravioleta.
  • Ser especialmente cautos y precavidos con los niños. A ellos les gusta jugar al sol y fácilmente pueden recibir una dosis excesiva de luz, muy superior a la que necesitan y les conviene. La piel de los niños es especialmente vulnerable, por lo que los tiempos de exposición deben ser menores que para los adultos.
  • El baño de sol nunca debe dejar sensación de cansancio, sino que deben ser estimulantes y no agotadores. Por ello, si se nota cansancio al finalizar el baño solar, es signo de que la dosis de helioterapia ha sido excesiva.
  • Protegerse. La cabeza deberá ir siempre cubierta y los ojos protegidos con gafas de sol. Ésta es una norma sumamente importante.


Evolución de la helioterapia

Avicena, un erudito y médico árabe (el más notable de su época), ya hablaba en el siglo X de los beneficios que reportaba tomar el sol con moderación, llevar una vida al aire libre y estar expuesto a la luz. Pero éste médico no fue el primero en darse cuenta de esto, ya que previamente los médicos griegos decían que muchos de sus enfermos se beneficiaban de la exposición moderada de la luz solar. En Europa, fueron los médicos franceses quienes, a mediados del siglo XVIII, pudieron comprobar los efectos beneficiosos del sol en enfermos con infecciones de piel.

Fue a partir de entonces, cuando numerosos médicos se dedicaron a potencia estancias en los balnearios, en los que se anunciaban los beneficios maravillosos de la luz solar. Y ello era así, siempre y cuando el exceso no echara por tierra los beneficios reales que los baños de sol moderados pueden proporcionar.

Críticas

  • Esta pseudomedicina, no cuenta con estudios clínicos que avalen su efectividad.

Véase también

  • Radiación solar
  • Cromoterapia


 
Este articulo se basa en el articulo Helioterapia publicado en la enciclopedia libre de Wikipedia. El contenido está disponible bajo los términos de la Licencia de GNU Free Documentation License. Véase también en Wikipedia para obtener una lista de autores.
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