Mente (psicología)



La mente es el nombre más comúnmente dado al entendimiento y la conciencia, que son combinación de capacidades como el raciocinio, la percepción, la emoción, la memoria, la imaginación y la voluntad. La mente tiene dos tipos de procesos, los conscientes y los inconscientes. También abarca funciones no intelectuales, funciones afectivas.

Estudios de laboratorio, sugieren la idea de que la mente es un resultado de la actividad del cerebro, por poder localizar la actividad pensante del individuo en regiones concretas, tales como el hipocampo. Los neurólogos confirman que, al interactuar las diferentes regiones, el individuo puede manifestar estados polarizados de su personalidad. Gracias a estos descubrimientos se ha podido avanzar en los denominados antidepresivos, con resultados muy alentadores.

Como objeto de estudio, la mente ha sido tratada por la psicología desde sus inicios, y su conceptualización está presente en casi todas las teorías psicológicas, a excepción prácticamente sólo del conductismo.

Tabla de contenidos

Generalidades

Mente, en psicología, puede definirse como una propiedad diferente del cerebro, pero que emerge de éste (ver concepto de Emergencia), y cuyo funcionamiento explicaría la conducta manifiesta de los seres humanos. Sin embargo, está más vinculada a la filosofía, véase Mente en filosofía.

Otros científicos y filósofos sostienen que el cerebro es condición necesaria, pero no suficiente, para que la mente realice sus funciones. Por ejemplo, Eccles, neurólogo y Premio Nobel de Medicina, y Popper, filósofo de la ciencia. Aunque con posturas diferentes, ninguno de los dos es materialista; no identifican el pensamiento con la actividad cerebral.[1]

Ontogénesis de la mente

LEER~ En términos generales, se puede decir que la mente nace en el momento que hay una parte asignada en el cerebro que tiene el potencial de evaluar el desgaste general de las distintas regiones, otorgar una prioridad en base al menor coste emocional y/o ser capaz de razonar el proceso o por lo menos tener el potencial de hacerlo. La mente induce comportamientos emocionales sujetos a la línea de 'menor sufrimiento o líbido. Por lo tanto, la naturaleza del cerebro y la prioridad de la mente, será encontrar una solución que aporte el mayor beneficio con el menor sufrimiento. El inconsciente marca el patrón conductual de todo ser que posea una mente y define la psiquis en base al desgaste emocional, que guarda relación con el desgaste energetico. La parte consciente depende de la energía disponible, cuando nos evaluamos, hacemos una consulta inconsciente al subconsciente, rescatamos parte de esa información y damos una estimación sobre si podremos o no abordar una tarea. La pulsión aparece cuando existe un objetivo que estimamos bueno. El inconsciente, y el consciente son diferentes niveles de influencias en los recursos emocionales-energéticos: El entorno y el cuerpo somete a la mente a constantes influencias, dependiendo del peso que tenga la influencia en el proceso de integración de la información en la mente, esta lo tratará como información de proceso y almacenamiento automático (inconsciente), como información de importancia relativa, dependiente de otros factores (preconsciente) o como información absolutamente relevante en función de la tarea que estemos realizando en ese momento (consciente).

La realimentación de la información que procesa la neurona, da la capacidad de proyectar en el tiempo estos datos y dota al hombre de la capacidad de imaginar y especular posibles futuros o como mejorar pasados desagradables. Solo el hombre tiene la capacidad de realimentar sus pensamientos en base a datos especulativos sobre como se podría sentir su semejante, tomando como base como él mismo se siente y si ese sentimiento es generalizado o personal. El 'yo' humano, va más allá de los aspectos puramente de bien estar físico. Este es el fundamento de la Teoría de la Mente.

Trastornos de la mente

Se caracterizan por un desarrollo patológico de las facultades ontogénicas de la mente, dependiente de la especie en cuestión. Por norma general ocasiona dificultades al individuo o a sus semejantes, al grado de poner en riesgo las facultades homeostáticas, bien propias o ajenas pudiendo afectar a individuos y/o sus bienes. La desvirtuación sólo puede definirse respecto a un patrón medio comparativo con los demás individuos y su historia, por lo que a lo largo de esta la lista de trastornos reconocidos como tales ha variado.

Este funcionamiento "anormal" puede deberse a causas ambientales que causan lesiones o a factores genéticos. En un momento dado, puede colapsarse la parte racional, siendo incapaz de encontrar caminos que enfrenten la realidad, originando un trastorno puntual o bien demostrando que lo puntual es la pauta general. Comunmente es provocado por un agotamiento emocional, que por norma general nace de una situación no deseada o aquella que la mente evalúa como insostenible desde su punto de vista. Las patologías mentales nacen en el momento que el individuo ha incorporado como parte de la solución, un proceso que induce un riesgo para su propia salud o la de cualquier otro individuo de forma sostenida en el tiempo. Estos patrones de comportamientos se pueden catalogar como lesiones.

Índices de tolerancia

Hemos de tener en cuenta que, el mayor desgaste que tiene la mente, es el aprendizaje, y todo lo que ello conlleva: Aprendemos porque nos estresamos, nos emocionamos, nos enamoramos... en definitiva, todo lo que nuestros sentidos nos aportan los relacionamos con las sensaciones y la mente los asocia a valores que reutilizaremos o procuraremos evitar. Lo que aprendemos incorpora cambios a nuestro comportamiento. Dado que esto conlleva la creación de nuevos enlaces sinápticos, se puede decir que el cerebro tiene una tolerancia máxima a la organización de la información directamente proporcional al número de enlaces sinápticos establecidos durante la etapa de aprendizaje. El aprendizaje facilita la neurotransmisión y minimiza el consumo, optimizando el funcionamiento general. No aprendemos para solucionar el estrés, o evitar sufrir, ni tan siquiera para aprender a controlar las emociones; sino que estas son las causas por las cuales incorporamos nuevos patrones de comportamiento y por lo tanto es consecuencia directa de nuestro aprendizaje. Podemos buscar soluciones a un estado indeseado, tratar de recrear realidades placenteras o buscar la verdad... pero todo acto que creemos voluntario, está condicionado por una motivación emocional, que es la que rearma la pulsión que nos motiva a actuar. Al ser una respuesta evolutiva, esta acción nos proporcionará más posibilidades de sobrevivir al proceso de selección natural, por lo que nos permite la supervivencia y la preservación de la especia durante millones de años. Si bien la mente nunca termina de aprender, sí que se establecen dos tipos de aprendizajes diferentes, según las modificaciones que el cerebro tenga que realizar para incorporarlos en su nuevo esquema:

  • Aprendizaje sostenible: Se define en base a aquello que la mente ha conceptualizado como bueno y lo fomenta.
  • Aprendizaje insostenible:. Se define en base a aquello que destruye u opone resistencia a la consecución de lo bueno.

Analogías

Existe la tendencia a comparar al cerebro con los constructos electrónicos del hombre. No se debe hacer, pues se suele caer en demagogia y alguna que otra falacia argumental. No existe base científica que logre demostrar sin margen de error que los datos de las comparaciones sean fiables al 100%, por lo que esos estudios son estimaciones por comparación entre conceptos equivalentes. Si bien las equivalencias pueden llegar a satisfacer los requerimientos de ciertos científicos, ellos mismos reconocen sus límites a la hora de entender el funcionamiento exacto del cerebro.

Salvando las diferencias

Los ingenios del hombre suelen reflejar el funcionamiento interno de la mente, es decir, el funcionamiento interno se demuestra por la evidencia externa (transforma energía bioquímica en trabajo). No es raro, por tanto, que se establezcan analogías que nos permitan realimentar la capacidad creativa y a su vez nos desvelen aun más secretos del funcionamiento cerebral. No es raro que en ciencias se usen paralelismos. Por ejemplo, en paleontología, cada descubrimiento se suele contrastar con las evidencias actuales y las funciones que actualmente desempeña la especie más afín con los huesos descubiertos, trazando un paralelo razonable que permita explicar las funciones de la especie descubierta por el paleontólogo.

En el campo de la informática

Es evidente que un sistema de transferencia de cargas bioeléctricas (cerebro) no es lo mismo que un sistema de transferencia de procesos (clúster informático). En el primero se transforma la energía, en el segundo se transforman procesos que resultan ser verdaderos o falsos.

En un cerebro no hay (o no debería haberlo) problemas a la hora de transformar la energía, por lo que los problemas se relacionan con la capacidad de las regiones metabólicas de hacerlo con la eficiencia adecuada y asegurándose de que lo inicial es equivalente a lo final (simetría). En los cerebros de los homínidos, hay un gran coste por parte de nuestros progenitores: Dependemos de la educación. La educación establece las prioridades, la moral, los objetivos, en definitiva, nuestra relación con el medio, nuestro ego... en definitiva, la educación configura el funcionamiento de nuestra mente.

En un clúster no hay (o debería no haberlo) problemas con el suministro de energía, por lo que los problemas se relacionan con la capacidad del o los microprocesadores de atender las solicitudes para acceder al hardware que les permitirá ejecutar los procesos adecuados. Para ello se ha creado software que se encarga de evaluar la carga de procesos por microprocesador y asignarlos a los procesadores menos cargados. Para gestionarlo adecuadamente hay otro tipo de software que se encarga de balancear la carga de los procesadores implicados en tareas seleccionadas por los administradores del sistema.

Describiendo las similitudes

El software es al hardware lo que la mente es al cerebro.

En un sistema homeostático no biológico se definen tres niveles de funcionamiento:

  • Fuerza: Es el circuito diseñado para suministrar la intensidad eléctrica adecuada que permitirá activar el sistem motriz que transformará la energía eléctrica en cualquier otra forma de energía (por ejemplo, hidráulica).
  • Mando: Es el circuito diseñado para condicionar el trabajo a realizar, en función de los datos externos.
  • Protección: Es el circuito diseñado para proteger al sistema completo, informando de alarmas, emergencias y situaciones de inminente peligro.

En un sistema homeostático biológico se definen tres niveles de funcionamiento:

  • Fuerza: Son los elementos biológicos que intervienen en la comunicación entre el sistema nervioso central y los que intervienen en la transformación de la energía bioeléctrica a trabajo.
  • Inteligencia: Son los elementos biológicos que intervienen en la administración del trabajo.
  • Conciencia: Son los elementos psicológicos que intervienen para asegurar que toda la actividad se realice dentro de los baremos que se consideran buenos, u óptimos.

Principales sistemas teóricos

Los principales sistemas teóricos que generaron aportes fundamentales para la comprensión de este constructo dentro de la Psicología fueron:


  • Psicoanálisis: principalmente en su formulación de la existencia de un inconsciente dinámico.
  • Psicología Cognitiva: en la posibilidad de estudiar científicamente el concepto a partir del uso de modelos externos, como la inteligencia artificial y los ordenadores, centrados en el procesamiento de la información.
  • Psicología Post-Racionalista: en su inclusión de la epistemología constructivista para la descripción del funcionamiento mental.

Fuentes consultadas

  1. [Título (provisional): Conflicto y cooperación en el ámbito humano. El cerebro social. Biología de los conflictos y cooperación. Dr. Arcadi Navarro. Unidad de biología Evolutiva. Dep. de Ciencias Experimentales y de la Salud. Universidad Pompeu Fabra]
  2. [Título: LA CONFIANZA EN LA HISTORIA: LA TECNOLOGIA NOS HUMANIZA Entrevista a Eudald Carbonell co-director del proyecto Atapuerca, por Javier Tébar Hurtado director del Arxiu Històric de CCOO de Catalunya.]
  3. [Título: La teoría de la mente bicameral, el lenguaje y la evolución de la conciencia humana. Dr. Hector José Dueñas Tentori y Dr Enrique Canchola Sociedad médica grupo ángeles, Depto. de biología de la reproducción. Div. de Ciencias biológicas y de la salud, UAM-I.
  4. Título: ¿Para Qué dar Feedback? ¿Cómo hacerlo en forma efectiva? Autor: Ignacio Bossi Entrenador de Liderazgo, Negociación e Innovación. Universidad del CEMA
  5. El alma está en el cerebro. Radriografía de la máquina de pensar. Eduardo Punset. Depósito Legal: M-172-2007. Tercera Edición: 12/2006. ISBN:84-03-09737-9.

Bibliografía de referencia

Siglo XXI

  • Primera década

  • La gran diferencia, ¿Como son realmente los cerebros de hombres y mujeres?. Baron-Cohen, Simon. Editorial Amat. 2005
  • El cerebro y el mito del yo, el papel de la neuronas en el pensamiento y el comportamiento humano. Llinás, Rodolfo. Belacqua. 2003.
  • Synaptic Self, How Our Brains Become Who We Are. Ledoux, Joseph. Penguin. 2003
  • Illusión: Making Sense of the Senses. Gregory, Richard. Oxford University Press. 2002.
  • «Group Beneficial Norms Can Spread Rapidly in a Structured Population». Boyd, R. y Richerson, P. En Journal of Theoretical Biology, 215: 287-296. 2002
  • «Strong Reciprocity, Human Cooperation and the Enforcement of Social Norms». En Human Nature, 13: 1-25. Fehr, E., Fischbacher, U. y Gaechter, S. 2002
  • «Altruistic Punishment in Humans». En Nature, 415: 137-40. Fehr, E. y Gachter, S. 2002
  • «The Nature of Human Altruism». En Nature, 425: 785-91. Ferh, E. y Fischbacher, U. 2003
  • «Why is Reciprocity so Rare in Social Animals?». En: Genetic and Cultural Evolution of Cooperation. Hammerstein, P.P. Hammerstein, ed.). MIT Press, Cambridge. 2003
  • «Reactions to Children's Faces:Resemblance Affects Males More Than Females». En: Evolution and Human Behavior, 23: 159-166. Platek, S. M., Burch, R. L., Panyavin, I. S., Wasserman, B. H. y Gallup, G. G. 2002
  • «How Much Paternal Resemblance is Enough? Sex Differences in Hypothetical Investment Decisions but not in the Detection of Resemblance». En: Evolution and Human Behavior, 24: 81-87. Platek, S. M., Critton, S. R., Burch, R., L., Frederick, D. A., Myers, T. E. y Gallup, G. G. 2003
  • «Cooperation and Competition Between Relatives». En: Science, 296, 72-75. West S. A., Pen I. y Griffin A. S. 2002

Siglo XX

  • Cómo evolucionaron los humanos. Boyd, R. y Silk, J. B. Norton, Nueva York. (2000)

  • Década de los 90

  • Darwinian Dynamics, Evolutionary Transitions in Fitness and Individuality. Michod, R. E. Princeton University Press, Princeton, Nueva Jersey. 1999
  • Neuroanatomía y Neurosicología Clínicas de Manter y Gatz. Gilman, S., Winans Newman, S. México. Manual Moderno 1998. cs
  • Foundations of Social Evolution. Frank, S. A. Princeton University Press, Princeton, Nueva Jersey. 1998
  • The Complexity of Cooperation. Axelrod, R. Princeton University Press, Princeton, Nueva Jersey. 1997
  • «Cooperation and Conflict in the Evolution of Individuality. I. Multi-level Selection of the organism». En American Naturalist, 149: 607-645. Michod, R. E. (1997)
  • The Major Transitions in Evolution. Maynard Smith, J. y Szathmáry, E. Oxford University Press, Oxford. 1995
  • Sexual Attraction and Childhood Association: A Chinese Brief for Edward Westermarck. Wolf, A. P. Stanford University Press, Stanford, CA. 1995
  • La ansiedad ante la muerte. Lonetto, R. y Templer, D. I. Barcelona: Ediciones Temis. 1992
  • «Punishment Allows the Evolution of Cooperation (or Anything Else) in Sizable Groups». En Ethology and Sociobiology 13: 171-195. Boyd, R, y Richerson, P. J. 1992

  • Década de los 80

  • La evolución de la cooperación. Axelrod, R. Basic Books, Nueva York. 1984
  • «Evolution of the Human Psyche». En: The Human Revolution. Alexander, R. D. (Paul Mellars y Chris Stringer, eds). Edinburgh University Press, Edimburgo. 1989
  • «Worker Policing in the Honeybee». En: Nature, 342: 796-797. Ratnieks, F. L. W. y Visscher, P. K. 1989
  • El Poder del Mito. Campbell, J., Barcelona, Ed. EMECE, 1988.
  • La Rama Dorada. Frazer, J. México, FCE, octava reimpresión, 1982.

  • Década de los 70

  • Modelos sociolingüísticos. Labov, W. University of Pennsylvania Press, Filadelfia. 1972
  • Sociobiology: The New Synthesis. Wilson, E. O. Harvard Univ. Press, Cambridge. 1975
  • Sobre la naturaleza humana. Wilson, E. O. Harvard Univ. Press, Cambridge. 1978
  • El Origen de la Conciencia en la Ruptura de la Mente Bicameral Jaynes, J. México. FCE, 1976
  • El gen egoísta. Dawkins, R. (1976) Oxford University Press, Oxford. 1989: edición actualizada (ISBN 853190188X).

  • Década de los 60

  • Adaptation and Natural Selection. Williams, G. C. Princeton University Press, Princeton, Nueva Jersey. 1966
  • «The Genetical Evolution of Social Behaviour». En J. Theor. Biol., 7: 1-52. Hamilton, W. D. 1964

Siglo XIX

  • El origen de las especies por la selección natural o la preservación de las razas favorables en la lucha por la vida. Darwin, C. (1859). Harvard Univ. Press, Cambridge Ed. 1989.

Notas

  1. El yo y su cerebro, Editorial Labor. ISBN 978-84-335-1712-8.

Véase también

Enlaces externos

  • ¿Por qué nos engaña el cerebro?
  • Video 1 de 2: http://es.youtube.com/watch?v=Az5Y8w51r9Y
  • Video 2 de 2: http://es.youtube.com/watch?v=TmJcIM0nMr0
  • El alma esta en el cerebro:
  • Telecinco: http://es.youtube.com/watch?v=RQV3Na9B6Is
  • Cuatro: http://es.youtube.com/watch?v=9e4025GoKko
 
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