Osteointegración



El proceso de osteointegración, se define como la unión mecánica firme, directa, estable y duradera producida entre el hueso vivo maxilar y el cuerpo de un implante dental de titanio, que acontece sin interposición de tejido conectivo.

El uso de esta técnica quirúrgica moderna permite al paciente que ha sufrido una pérdida dental, una recuperación plena de la función masticatoria y de la estética bucal.

La elección del titanio se debe a que este metal en contacto con la atmósfera se oxida en milisegundos transformándose su superficie en óxido de titanio. Dicho óxido se comporta como un material bio-inerte, es decir que no produce rechazo, reacción natural del organismo ante la presencia de un cuerpo extraño que deriva habitualmente en complicaciones clínicas. Además, el titanio presenta unas características mecánicas muy adecuadas, ya que su dureza permite soportar cargas oclusales elevadas, y su módulo elástico es muy parecido al del hueso.

Para que se produzca la osteointegración, hay que realizar una correcta técnica quirúrgica, dependiendo el éxito de la presencia o ausencia de procesos inflamatorios, del diseño del implante y del tiempo en el que el implante se mantenga libre de cargas, que debe ser alrededor de 6 meses.

En la actualidad, las técnicas más avanzadas permiten proporcionar una prótesis con dientes fijos sobre implantes osteointegrados a los pocos días o incluso a las horas de su colocación.[cita requerida]

Un problema que debe tenerse en cuenta antes de realizar la técnica de implantes, es el relativo a las bocas que sufren un encogimiento excesivo o irreversible del hueso alveolar debido a factores como la edad, el sexo o los componentes metabólicos.

Origen de la osteointegración

Los orígenes de los implantes modernos basados en la evidencia científica, se apoyan en los estudios realizados por el investigador sueco Per-Ingvar Brånemark, quien a partir de 1950 llevó a cabo experimentos para estudiar la respuesta de la médula ósea ante diferentes variables clínicas. Su investigación le llevó a observar que el tejido óseo se adhiere fuertemente al titanio, lo que derivó después de años de desarrollo en el diseño de una fijación, implante, con forma de tornillo que una vez instalada, con una técnica quirúrgica singular, en el hueso maxilar era capaz de anclar substitutos artificiales de las piezas dentales perdidas.

Etapas del procedimiento quirúrgico

El implante dental osteointegrado se coloca mediante un procedimiento quirúrgico que se ha popularizado enormemente durante los últimos veinte años debido a su buen pronóstico, funcionalidad y a las crecientes demandas estéticas. El proceso de colocación se resume en las siguientes etapas:

  • La instalación quirúrquica del implante, sustituyendo la raíz natural del diente.
  • La osteointegración, período de cicatrización del implante, fenómeno biofísico que produce la unión a nivel molecular del titanio con la estructura ósea.
  • El sellado gingival sobre el cuello del implante.
  • La confección y colocación de las prótesis dentarias o coronas.

Véase también

 
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