Cannabis (droga)



 


El cánnabis es una sustancia psicoactiva tomada del cáñamo (Cánnabis sativa o ‘cáñamo cultivado’; Cannabis indica o cáñamo de la India). A sus flores (o cogollo) se les llama en la jerga marihuana, y en su forma resinosa se llama hachís.

Tabla de contenidos

Consumo

Se trata de una sustancia psicoactiva que se suele consumir por vía respiratoria, en forma de cigarrillo, aunque también es posible su consumo por vía oral sazonando con cannabis.

La marihuana o cáñamo se presenta en diferentes formas. La más conocida son las flores secas y enteras (los cogollos de las plantas femeninas)y en forma de tubo. Existe también aceite de cánnabis, en inglés honey oil (‘aceite de miel’), que es un concentrado cuya extracción generalmente implica el uso de disolventes como el alcohol y filtrados con carbón activo, lo cual potencia los efectos, al estar más concentrada.

Una variedad manufacturada de la marihuana es la resina, que se llama hachís (que en árabe significa ‘hierba seca´), que se obtiene mediante la extracción de los tricomas, normalmente secada y cortada en bloques de color marrón bastante oscuro y levemente verdoso y del que también existe una variedad líquida o hash oil (‘aceite de hachís’).

  La forma más usual de consumo es en forma de cigarrillo liado a mano: en estos casos se usan directamente los cogollos, secos y desmenuzados, o bien el hachís mezclado con tabaco rubio o negro. Otros métodos incluyen el uso de pipas comunes Tambien conocidos como hitters y de narguiles o cachimbas (pipas de agua) para fumar el cánnabis mientras se enfría el humo o en el caso de los bongs quitando el alquitrán o las impurezas no deseadas. Actualmente es común el consumo por vaporización, el cual consiste en vaporizar los cogollos secos y curados, a una temperatura tal que solo extrae los cannabinoides y no aquellos productos nocivos que se generan con la combustion.

El Cánnabis se usa también en la cocina, para la preparación de recetas como space cake ('torta espacial') o hash brownies ('bollos con hachís'). La ingestión por vía oral debe ser siempre bien medida, ya que de esta forma se ingresa más porcentaje de THC que fumado o vaporizado. Además, al ser ingerido, el THC pasa por el hígado antes de llegar al cerebro, teniendo leves cambios en el hígado, que convierten al THC en otra sustancia distinta, con más poder psicodélico y que puede provocar ataques de pánico en personas susceptibles a ello. También puede ser tomado disolviéndolo en copas de café, creando así un bhang (del hindi).

La posología es variable, como es natural, y depende del género consumido y de la persona, si bien algunos expertos en su consumo informan que no se registra intoxicación letal alguna (ni siquiera intoxicación aguda) por vía respiratoria. La intoxicación aguda por vía digestiva requiere grandes cantidades del producto.[1]

Síntomas y efectos derivados del consumo

La literatura acerca de los efectos psicoactivos del cánnabis no es unánime, y la descripción de los síntomas que produce su consumo, así como la valoración de las consecuencias a corto, medio y largo plazo varía enormemente en función de la actitud general que se toma ante esta droga. Así mismo, el análisis de tales posiciones debe inscribirse en la polémica prohibición/legalización (o derogación de la prohibición) que rodea a esta substancia psicotrópica y a otras. Desde esta perspectiva, los supuestos efectos negativos descritos son discutidos por la experiencia cotidiana de aquellos consumidores que tras largos periodos de consumo habitual no ven su salud afectada.  

Los efectos subjetivos inmediatos varían dependiendo de las expectativas del sujeto, de la concentración del principio activo y del ambiente en que la sustancia sea consumida. Los efectos suelen aparecer de manera inmediata, y alcanzan su apogeo a la media hora y terminando en aproximadamente dos horas.

  Según los defensores del consumo de marihuana, no sería una droga solamente euforizante, si no más bien visionaria, y en ocasiones los sujetos describen estados de exaltación. Como norma general el sujeto se ve envuelto en un estado de ensoñación placentero. El tiempo subjetivo se ralentiza y la memoria a corto plazo empeora. Quienes defienden su consumo recreativo[2] afirman que los colores, los sonidos y las percepciones espaciales pueden distorsionarse y “mostrar aspectos de lo cotidiano hasta el momento desapercibidos”. El apetito aumenta, los colores pueden parecer más brillantes, los sonidos más intensos. La marihuana generalmente alivia la tensión y aporta una sensación de bienestar en muchos de los que la consumen; aunque en otros casos la experiencia es desagradable, y el sujeto puede padecer náuseas o reacciona vomitando (sin que por ello se reduzca así el principio activo), en cuyo caso la experiencia, lejos de ser buena, resulta altamente negativa y el sujeto no vuelve a probar la sustancia. Otro efecto es la generación de suspicacia hacia uno mismo. Desde un punto de vista social, produce desinhibición e hilaridad, aunque los estados de ánimo tienden al contagio y puede provocar silencio general y amodorramiento, siendo utilizada también para las actividades sexuales o la introspección.

El cánnabis es psicoactivo, esto quiere decir que cambia el funcionamiento del cerebro, dependiendo de la cantidad de THC contenida. Puede inducir a la sociabilidad, así como al recogimiento; de cualquier manera, puede generar la sensación de incremento de la percepción visual y auditiva, dependiendo de la variedad e incluso de la planta en concreto ingresada al organismo. En general se admite que los efectos de dicha sustancia se adaptan a las expectativas del sujeto.

Los autores críticos con el consumo de esta sustancia afirman que las personas que consumen grandes cantidades de marihuana pueden volverse confusas y desorientadas. Según sus detractores puede desarrollar una psicosis tóxica[cita requerida], no sabiendo el sujeto quién es, dónde está o qué hora es. Los esquizofrénicos están especialmente predispuestos a estos efectos, sin embargo no existe probada evidencia [cita requerida] de que la esquizofrenia puede empeorar con el uso de marihuana. En este sentido, científicos australianos han investigado la relación entre la conducta neuropsicológica y el consumo de cannabis en esquizofrénicos, y han concluido que el uso de cannabis en la esquizofrenia está asociado a una mejoría del funcionamiento cognoscitivo. Según sus detractores los consumidores de marihuana son más propensos a presentar anhedonia, desorganización cognitiva e impulsividad-agresividad, algo que rara vez coincide con la realidad y la experiencia de los usuarios de esta droga; Ocasionalmente, pueden producirse reacciones de pánico, sobre todo en los consumidores noveles[cita requerida]. Otros efectos incluyen taquicardia y boca seca.

Una característica de los efectos del consumo de psicotrópicos como la marihuana es el conocido como síndrome amotivacional, estudiado primeramente por R. H. Schwartz,[3] caracterizado por abulia, apatía, pasividad, indiferencia o irritabilidad, dificultad atencional y fatigabilidad fácil.

Es controvertida la afirmación de que el consumo intenso y prolongado de marihuana pueda tener efectos similares a los del tabaco sobre los pulmones[cita requerida]. También se discute en qué medida el hábito de fumar cannabis aumenta el riesgo de bronquitis. Por otro lado, el aumento de la incidencia de enfisemas no ha sido probado en consumidores de marihuana no mezclada con tabaco, y un estudio reciente de un laboratorio de la Universidad de California en Los Ángeles concluyó que el hábito de fumar marihuana no aumenta el riesgo de cáncer de pulmón.[4] Otros autores opinan que, aunque el riesgo de cáncer de pulmón sí se incrementa, al no contener alquitrán el riesgo es notablemente inferior que el del cigarrillo estándar. Cabe aclarar que estos riesgos (ya sean reales o supuestos) se refieren exclusivamente al hábito de fumar cannabis, que es la forma de consumo más habitual, y no se aplican al consumo por ingestión ni por vaporización.

Cuadro adictivo

  Nuevamente existen discrepancias en los análisis acerca del potencial adictivo de esta sustancia. Quienes realizan análisis mas sombríos afirman que algunas personas devienen dependientes de la marihuana por razones psicológicas. Los estudios de Nettler y Hyman (2001) demuestran que la periodicidad y cronicidad del consumo de substancias psicotrópicas como las presentes en la marihuana provocan una alteración sobre la neuroplasticidad cerebral, afectando especialmente al circuito de recompensa y reforzamiento cerebral.

Una periodicidad mensual (el sólo fumar un “cigarrillo de marihuana” por mes) alcanza para que se ocasionen alteraciones estables y crónicas, muchas veces esto provoca el aumento de los efectos paradojales ante el suministro de benzodiazepinas. La abstinencia es un cuadro altamente complejo en el cual se encuentran intercorrelacionados síntomas fisiológicos, cognitivos y conductuales constituyendo un registro subjetivo. Este estudio presenta graves deficiencias metodológicas y ha sido ampliamente criticado.

La postura antiprohibicionista afirma que si bien el consumo de marihuana desarrolla tolerancia, es decir, que en posteriores tomas inmediatas es necesario aumentar la dosis para conseguir los mismos efectos, los efectos de la abstinencia son muy leves en comparación con otras drogas, lo que permite revertir esa tolerancia y hacer que el consumo de marihuana sea controlable por el sujeto, siendo su potencial adictivo escaso.[5] Desde esta perspectiva también se afirma que la dependencia física de la marihuana no ha sido demostrada de modo fehaciente, y que al igual que el alcohol, la marihuana puede ser usada de modo intermitente por muchas personas sin que les cause una disfunción aparente social o psicológica, ni tampoco adicción, incluso después de treinta años de consumo diario.

Permanencia en el organismo

Si bien los efectos de la marihuana duran unas horas, los resultados de la detección de marihuana en los análisis de orina permanecen positivos durante varios días después del consumo, incluso en consumidores ocasionales. En los consumidores habituales, los resultados de los análisis pueden permanecer positivos más tiempo a medida que el Tetrahidrocannabinol se va eliminando lentamente de la grasa corporal. El tiempo que tarda es variable, dependiendo del porcentaje de THC y de la frecuencia del consumo. Los análisis de orina son un medio eficaz de identificar el uso de marihuana, pero una prueba de orina con resultado positivo sólo indica que la persona ha consumido marihuana, no prueba que el consumidor esté en ese momento con las facultades alteradas. Análisis sofisticados pueden determinar hasta tres meses después si se ha consumido marihuana.

El THC es soluble en grasa (liposoluble), por lo que la eliminación del organismo es mucho más lenta que los componentes solubles en agua (como el alcohol). Estudios realizados por el Dr. Gabriel G. Nahas, un autor claramente prohibicionista, en ratas mostraron que el THC podía demorar hasta 8 días en salir del organismo, si bien los efectos fuertes sólo duran unas pocas horas. Además, al ser liposoluble, el THC suele depositarse en zonas ricas en grasa, como el cerebro, el hígado y las gónadas. Algunos estudios indican que un largo consumo de éste componente pueden ocasionar problemas en dichas zonas (como impotencia, pérdida de memoria, etc.). Pero, como en casi todo, hay opiniones contrarias sobre el tema.[6]

Efectos fisicos del consumo

De los efectos secundarios, es el incremento del apetito momentos después de ser dosificado, incluyendo una necesidad de azúcares y alimentos dulces. Este efecto es aprovechado, por ejemplo, en los enfermos de quimioterapia, a los que les retira los vómitos y devuelve el apetito.

Uno de los efectos mas conocidos es el incremento de la sensibilidad de las papilas gustativas por lo cual muchos alimentos (y mas los que contienen azucares) suelen ser mas dulces de lo que normalmente parece. El aumento en los sentidos no solamente es en el gusto sino que se ven afectados el tacto, en donde parece que todo el tejido tegumentario posee sensibilidad, los sonidos se escuchan mas claramente y hasta se identifican algunos que antes parecian apagados. Esto no es mas que la simple alteracion del funcionamiento normal de las neuronas, que si bien no es de gran peligro, cualquier abuso o uso prologado puede traer consecuencias no deseadas. (Tellechea. L.)

La marihuana o el hachís (principalmente este último, más aún si es de calidad mediocre) puede producir efectos no deseados en el consumidor que pueden hacerlo sentir emocionalmente mal. Los factores que conllevan a que esto ocurra dependen de la estabilidad emocional del mismo y de las cantidades y calidades de las sustancias que consuma, así como del tiempo que se tarde en hacerlo.

Otro efecto secundario conocido es una ligera pérdida de la memoria a corto plazo[cita requerida]. La memoria en sí no se ve afectada, horas o días después se recuerda todo lo olvidado bajo los efectos del Cánnabis. Si se usa en combinación con bebidas alcohólicas puede producir náuseas. El consumo prolongado e intenso, según algunos estudios, provoca una pérdida en la capacidad de aprendizaje, memorización y en la capacidad de fijar la atención.[7]

  Los efectos a largo plazo de la marihuana requieren más estudios, pero algunos afirman que cuando se fuma en la forma de resina (hachís) mezclada con tabaco, el alto contenido de alquitrán de éste puede incrementar el riesgo de cáncer de pulmón. Se afirma que el riesgo de cáncer pulmonar de la marihuana resulta mayor que el producido por el tabaco, a causa de la mayor retención del humo con componentes carcinógenos; por supuesto, dicho riesgo de cáncer pulmonar sería solo si se fumase en las mismas cantidades en que un fumador fuma tabaco, extremo éste difícilmente alcanzable. Contradiciendo estas afirmaciones, un estudio reciente de un laboratorio de la Universidad de California en Los Ángeles concluyó que el hábito de fumar marihuana no aumenta la incidencia de cáncer de pulmón.[4]

Uso médico o terapéutico

Actualmente se investigan los usos médicos de la marihuana para diversas enfermedades, lo que ha generado, de nuevo, cierta polémica. Sus defensores afirman que es eficaz frente a las náuseas producida por tratamientos de quimioterapia o de tratamiento contra el sida, su efecto estimulante del apetito ayuda a combatir la inapetencia, así como la anorexia. También puede ayudar a reducir la presión ocular asociados a glaucoma. Hay numerosos estudios que han demostrado que puede ayudar a reducir el miedo y los temblores de la esclerosis múltiple. Otras visiones más restrictivas afirman que actualmente existen tratamientos y medicaciones, siempre legales, para las afecciones más eficientes que los que se puedan lograr con marihuana, si bien los críticos argumentan que esa mayor eficiencia no ha sido probada ni contrastada por la comunidad científica. Una investigación llevada a cabo por la Universidad Complutense de Madrid ha demostrado que el cannabis puede tener efectos muy beneficiosos contra el cáncer. El principio activo del hachís se ha mostrado capaz de acabar con las células cancerígenas, de matarlas, y al mismo tiempo mantener vivas las que están sanas.[8]

Aspectos sociales y uso recreativo

El consumo de cánnabis está altamente extendido y su uso aumenta y disminuye por épocas [cita requerida]. La tolerancia social y estatal a su consumo varía también de un lugar a otro (véase Aspectos legales del cannabis). Desde diversas instancias se viene reclamando la liberalización del consumo de cánnabis. A una crítica hacia los estudios que demonizan el cánnabis (argumentando que los informes médicos presentados son sesgados e inexactos, y que sus efectos son en conjunto beneficiosos) se suma una corriente de opinión (en la que destaca el escritor español Antonio Escohotado) que afirma que su prohibición es un atentado contra la libertad de elección del ciudadano responsable y una forma de control estatal sobre el individuo.[9]

Legalidad

Artículo principal: Aspectos legales del cannabis

La marihuana fue criminalizada en casi todo el mundo a comienzos del siglo XX.

En Gran Bretaña, el cánnabis fue ilegalizado en 1928 tras adherirse a la Convención Internacional del Opio que se acordó en Ginebra (Suiza) en 1925.

En Estados Unidos, el 12 de agosto de 1930 fue creado el Federal Bureau of Narcotics. El mismo estaba bajo la dirección de Harry J. Ansliger. Este departamento creó leyes para penalizar la transportación, posesión y consumo de marihuana. Una de estas leyes fue el “Marihuana Tax Act” en 1937. Para entender el porqué de la ilegalización, hay que tener en cuenta lo siguiente:

Existe la teoría de que fueron los esclavos africanos quienes trajeron a América la novedad de fumar Cannabis. No obstante, el señor Schoeder —un padre de familia que se tomó la molestia de investigar por qué el gobierno de los Estados Unidos le miente a sus hijos— señala: "La explicación más verosímil es también la más sencilla. La mariguana cobró importancia cuando la enmienda constitucional número 18 y la Ley Volstead prohibieron el alcohol. La mariguana era un sustituto barato y 'satisfactorio' del aguardiente, producía los mismos efectos 'estimulantes' y no era, en principio, ilegal." (Schroeder, Richard. El mundo de las drogas, Edamex, México, 1993).

Cada vez son más los estadounidenses que reconocen que los mexicanos se convirtieron en un fastidio en cuanto los trabajos comenzaron a escasear con la Depresión del 29. "Los políticos, que trataban de complacer a la clase de trabajadores blancos, aseguraban que los mexicanos eran responsables de una oleada de crímenes violentos. Las estadísticas policiacas no muestran nada parecido; de hecho, los mexicanos estaban involucrados en menos crímenes que los blancos..." (General Information about hemp as a drug, Mind's High).

Durante la Ley Seca "ser oficial de policía era una cosa agradable, recibías un salario relativamente decente, respeto, impunidad parcial ante la ley, y la oportunidad de recibir sobornos, si eras esa clase de persona." (General Information about hemp as a drug, Mind's High). La prohibición del alcohol no sólo deja una década de fracasos interdictivos sino a un gran número de oficiales desempleados que no están dispuestos a abandonar su estilo de vida y presionan a su gobierno para que efectúe un reordenamiento en el Buró Federal de Narcóticos y Drogas Peligrosas (FBNDD).

En cuanto Harry J. Anslinger —sobrino político del Secretario del Tesoro Andrew Mellon— es designado director, el Buró se da a la tarea de articular una campaña nacional contra el nuevo enemigo. El mismo Aslinger relata en su libro Los Asesinos: "Por radio y en foros importantes relaté la historia de esta yerba maligna que crece en los campos, las márgenes de los ríos y orillas de los caminos. Escribí artículos para revistas, nuestros agentes dieron cientos de conferencias a padres, educadores y dirigentes cívicos y sociales. En transmisiones de televisión seguí denunciando el número cada vez mayor de crímenes cometidos, incluyendo el estupro y el homicidio." (Ginsberg, Allen. "First manifesto to end the bringdown" en The marihuana papers, New American Library, 1968) Necesitaban asustar principalmente a los padres de familia y los maestros para convencer al país de que sus trabajos eran importantes.

Aprovechando la oportunidad no tardan en aparecen grupos como la Patriotic Allied Society, los Key Men of America y la American Coalition, que a su deseo de mantener un país 'moralmente limpio' suman consideraciones de orden racial-laboral: "Han cogido a traficantes mexicanos regalando cigarros a los niños en las escuelas. A nuestra Nación le sobra mano de obra y la marihuana es consecuencia directa de la inmigración mexicana." (Cáñamo, "revista oficial de la cultura del cannabis", varios números, editada en Barcelona, España).

Por si fuera poco, existe otro factor bastante interesante que el Reporte de la NCMDA no menciona: Durante la primera mitad de los años treinta la industria del papel de cáñamo comienza a cobrar impulso. A tal grado que diversas revistas especializadas sostienen que en cuestión de unos años la cosecha nacional de cáñamo alcanzará el primer lugar, pero justo en esos años la compañía Dupont® patenta el tratamiento químico de la pulpa de madera y decide asociarse con una cadena de periódicos propiedad de William R. Hearst para la explotación de un nuevo tipo de papel. Con ello comienza la época del "periodismo amarillo", llamado así porque, a diferencia del papel de cáñamo, el papel de pulpa de madera tratada con ácidos químicos se torna amarillo al cabo de unos meses o años, dependiendo de la concentración. Aunque este nuevo papel resulta más barato, el de cáñamo es más resistente y duradero, no exige la tala de árboles y no daña la atmósfera con químicos peligrosos, por lo que muchos compradores continúan prefiriéndolo.

Al darse cuenta de que para monopolizar el mercado necesita sacar de la competencia a los productores de cáñamo, Hearst busca el apoyo del banquero y Secretario del Tesoro Andrew Mellon. Éste otorga su respaldo a la multimillonaria empresa y a partir de entonces los discursos de su sobrino Anslinger se ven complementados con la producción de un documental titulado Reefer Madness, algo así como "La Locura del Porro". "El mensaje fue que la yerba conduce a la demencia, el pillaje, la violación y el homicidio" (Hemp For Victory Text Version of a film produced by the U.S. Department of Agriculture to promote hemp production for the war effort). La locura del toque cumple con su cometido, logra influir en la opinión pública y en 1936, sobre la base de que la marihuana y sus derivados se habían incluido ya en un convenio internacional, se eleva al Tesoro un proyecto de normatividad represiva, no sólo contra las partes psicoactivas del cáñamo, sino contra todo uso de la planta.

Aparte de los productores poco organizados, nadie más protesta. La mayoría de los americanos no saben que el cáñamo y la marijuana son la misma cosa y nadie pudo asociar la diabólica hierba de México con las cuerdas con las que se amarraban los zapatos. Un año después se aprueba por unanimidad la Marihuana Tax Act y queda estrictamente prohibido consumir cáñamo en territorio estadounidense. Su cultivo e importación para necesidades industriales y de defensa se someten a partir de entonces a la licitación del Departamento del Tesoro. "En lo sucesivo, y hasta 1971, todas las decisiones del Congreso sobre estupefacientes se aprobarían por absoluta unanimidad... la circunstancia muestra hasta qué punto cualquier gesto distinto al máximo rigor sería para los diputados y senadores un acto de lesa majestad electoralista y, por tanto, un suicidio político." (General Information about hemp as a drug, Mind's High).

Esta ley no estaba dirigida al uso medicinal de la marihuana sino a su uso recreativo. Pero esta ley hizo difícil el uso medicinal de la marihuana por la gran cantidad de papeles que se les requería a los médicos que la quisieran recetar a sus pacientes.

En 1942 en plena Segunda Guerra Mundial, el gobierno estadounidense publicó una propaganda con el lema "Hemp for victory" ("Cannabis para la victoria") dirigida por Raymond Evans. Era una campaña para que los agricultores cultivaran cannabis; el mismo gobierno que años antes la prohibía se encargó de distribuir semillas a los habitantes agrícolas de esa época con el fin de creación de cáñamo textil.

Las leyes suelen contemplar penas por tráfico, cultivo o posesión para consumo propio. La dureza de las penas varía según el país. Holanda es el único país de la Unión Europea donde se permite legalmente la venta de marihuana y sus derivados en locales con licencia denominados coffee shops (cafeterías). Lo paradójico es que los coffe shops no pueden comprar la marihuana legalmente, ya que el cultivo de esta no está legalizado en Holanda, y tampoco la venta a los coffe shops.

En muchos países la policía ejerce su autoridad interceptando o confiscando cargamentos ilegales que se transportan como contrabando, e incluso pequeñas cantidades que puedan ser consideradas para consumo propio. No obstante, en ocasiones son las propias fuerzas policiales las que se ven implicadas de alguna forma en la venta ilegal y el narcotráfico de sustancias ilegales. El cannabis es rico en THC lo cual podria generar una adiccion no directa, pero sí indirectamente en el individuo.

Referencias

  1. Antonio Escohotado, Historia general de las drogas, pág. 1308.
  2. Antonio Escohotado: Historia general de las drogas, pág. 1311.
  3. R. H. Schwartz: “Marijuana: An Overview”. Pediatr. Clin. North Am., 34, 305-317, 1987.
  4. Antonio Escohotado: Historia general de las drogas, págs. 1311 y 1312.
  5. Gabriel Nahas: Symposium on marijuana. Reims (Francia), 22-23 de julio de 1978. UNODC.org/
  6. Nadia Solowij et al.: “Cognitive Functioning of Long-term Heavy Cannabis Users Seeking Treatment”. Journal of the American Medical Association, vol. 287.
  7. http://www.diariosur.es/prensa/20070502/portada/esperanza-cannabis-contra-cancer_20070502.html
  8. Antonio Escohotado, Majestades, crímenes y víctimas (pág. 99 y siguientes).

Enlaces externos

  • Cannabis Medicinal. Información sobre los usos de la Marihuana.
  • ACMED. Asociación internacional para el cáñamo como medicina.
  • NacionCannabis. Información acerca de aspectos, origen y usos del Cannabis en el mundo]
  • F.A.C. Federación de Asociaciones Cannábicas (España).
  • Convive. Información acerca del estatus legal de la marihuana en México.
  • Mapa del status legal de la tenencia de cannabis para consumo en Europa (en inglés)
  • A.V.E. MaríaConsejos legales (Asociación Viguesa de Estudios da María - España)
  • Cannabis Info

Entrevistas audio

  • Radio Caracol (Colombia). Entrevista con Martín Barriuso, presidente de la Asociación de Consumidores de Cannabis de España, acerca de la apertura de bares para fumar marihuana.

Véase también

  • Cachimba o Narghile
  • Chalice
  • Chaqueta

Wikiquote

  • Wikiquote alberga frases célebres de Cannabis.



 
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