Hormona ovárica



Las hormonas ováricas son los estrógenos y progestágenos, que son las hormonas femeninas. Son producidas por los ovarios, y su producción va disminuyendo luego de la menopausia.

Sistema endocrino

A través de sustancias llamadas hormonas, el sistema endocrino cumple una importante función para la adaptación de nuestro organismo a las diversas alteraciones que se producen en el ambiente externo e interno. La rama de la ciencia médica que se encarga de su estudio es la Endocrinología.

Este complejo sistema mantiene el bienestar interno (homeostasis) dentro los límites normales a pesar de las variaciones en la entrada o la salida de sustancias, agua, glucosa, minerales (sodio, potasio, calcio y otros), moléculas ambientales, etc. Además, participa en la regulación de nuestro crecimiento y desarrollo, reproducción, comportamiento y envejecimiento.

Todas sus funciones son realizadas gracias a la capacidad de producir hormonas. Éstas circulan por la sangre, libres o con proteínas transportadoras, dirigiéndose hacia diversas células para regular sus funciones.

Puede definirse a las hormonas como agentes químicos producidos por ciertas células o tejidos endocrinos específicos llamados glándulas, que son vertidas en la circulación sanguínea. Actúan a distancia, ocasionando grandes cambios en determinadas células o sistemas, aun cuando operan en pequeñas cantidades*.

Aunque la mayoría de las células del cuerpo están en contacto con todas las hormonas circulantes, la respuesta es selectiva. Los tejidos o células donde van a actuar las hormonas, llamados efectoras o blanco, poseen unas proteínas en sus membranas que las hormonas son capaces de identificar, uniéndose a ellas.

Productoras

Las hormonas son producidas por las glándulas endocrinas. Las glándulas reproductoras o gónadas son las que intervienen en las diferencias de los sexos: el testículo en el hombre y el ovario en la mujer.

Los ovarios se encuentran situados a cada lado de la pelvis, y representan la principal fuente de estrógenos y progesterona. Se trata de dos cuerpos con forma de almendra, de unos 3,5 cm de longitud. Cada ovario contiene dos clases diferentes de estructura glandular: • los folículos de Graaf, que secretan estrógeno, • el cuerpo lúteo, que secreta progesterona y algo de estrógeno.

Pero hay otras glándulas que tienen que ver con el hecho de ser mujer y cumplir con funciones femeninas. Todas estas hormonas son reguladas a su vez por otras hormonas producidas en el hipotálamo y la hipófisis.

El hipotálamo produce, entre otras: • la hormona liberadora de gonadotrofinas, que estimula la liberación de la hormona luteinizante y foliculoestimulante de la hipófisis, • las hormonas liberadoras e inhibidoras de la prolactina.

La hipófisis produce, entre otras: • la oxitocina, que estimula las contracciones del útero en el momento del parto y la expulsión de la leche en las mamas, • la prolactina, que estimula el crecimiento de las mamas y la producción de leche materna durante el embarazo y mantiene la lactancia luego del parto, • la hormona luteinizante y folículo-estimulante, que modulan la función ovárica.

Estrógeno y progesterona

El término hormona proviene del griego, y significa excitar, mover. En la mujer, las hormonas son los estrógenos y la progesterona. Como función conjunta, son las responsables del desarrollo de los caracteres es secundarios que marcan las diferencias entre el hombre y la mujer, como la contextura física, tono de la voz, distribución del vello y la grasa corporal, etc.

Son compuestos policíclicos derivados del colesterol. Estas hormonas circulan por la sangre unidas casi por completo a varias proteínas plasmáticas.

Específicamente, el estrógeno influye en el desarrollo de los caracteres y en la maduración de los órganos femeninos. El estradiol es el estrógeno más importante, encargado del desarrollo de los cambios observados en el cuerpo de la mujer en la pubertad y la edad adulta, como el desarrollo de los llamados órganos diana del sistema reproductor: mamas, y útero. También del ensanchamiento de la pelvis, crecimiento y distribución del vello corporal y la iniciación del ciclo menstrual.

Por su parte, la progesterona influye en el desarrollo de las glándulas mamarias y prepara el útero para la implantación del óvulo. Aumenta sus niveles a partir del día 14 del ciclo menstrual e induce en el útero cambios imprescindibles para la implantación del óvulo que ha sido fecundado. También interviene durante el embarazo en la preparación de las mamas para la lactancia.

 
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