Alimentos funcionales



  Alimentos funcionales (en la literatura especializada se suele abreviar como AF) son aquellos alimentos que son elaborados no sólo por sus características nutricionales sino también para cumplir una función específica como puede ser el mejorar la salud y reducir el riesgo de contraer enfermedades. Para ello se les agregan componentes biológicamente activos, como minerales, vitaminas, ácidos grasos, fibra alimenticia o antioxidantes, etc. A esta operación de añadir nutrientes exógenos se le denomina también fortificación. Este tipo de alimentos es un campo emergente de la ciencia de los alimentos que ve una posibilidad muy amplia de investigación alimentaria. Entre los logros más mencionados en la literatura científica y en el marketing de los productos alimenticios se encuentra la mejora de las funciones gastrointestinales, el aporte de sistemas redox y antioxidante, así como la modificación del metabolismo de macronutrientes.[1]

Existe, no obstante, una preocupación creciente desde finales del siglo XX por parte de las autoridades sanitarias en lo que respecta a la educación del consumidor sobre el consumo y las propiedades atribuidas a este tipo de alimentos.[2] Las autoridades alimentarias y sanitarias de todo el mundo reclaman a los consumidores que el consumo de estos alimentos sea parte de una dieta equilibrada y en ningún caso como un substituto de la misma. A pesar de este crecimiento en la demanda, la comunidad científica mundial se encuentra evaluando la idoneidad para la salud humana del consumo de este tipo de alimentos, sobre todo si se consideran consumos a largo plazo. Este tipo de alimentos cubre un amplio espectro de posibilidades que pueden ir desde simples cereales y sus productos, lácteos diversos hasta pasar por alimentos de diseño.

Tabla de contenidos

Historia

A pesar de que la idea y uso de alimento funcional es muy antígua estaba fundamentada en la visión del alimento como un fármaco, el concepto 'per se' nace en Japón en los años 1980s cuando las autoridades alimentarias japonesas tomaron conciencia de que para controlar los gastos globales en salud era necesario desarrollar alimentos que mejoraran la calidad de vida de la población, cubriendo ciertas 'defiicencias pandémicas'. En esta época se establece por primera vez en Japón el concepto nutricional de "Alimentos para Uso Específico en la Salud, (en inglés Foods for Specified Health Use, cuyo acrónimo es: FOSHU).[3] La demanda de este tipo de alimentación ha crecido espectacularmente en este país asiático desde finales del siglo XX.

Poco a poco fue apareciendo en divesos países europeos la necesidad de regular este tipo de alimentación,[4] nacen proyectos específicos dentro del area de alimentación funcional bajo el auspicio del ILSI (International Life Sciences Institute),[5] poco a poco la preocupación sobre este tipo de alimentación se hizo internacional a finales del siglo XX. La aparición de patentes relativas al diseño de alimentos funcionales y su beneficio económico (caso del benecol) ha disparado el interés por parte de la industria alimentaria.

Definiciones

No existe una definición mundialmente acordada para catalogar este tipo de alimentos, no obstante algunas de las agencias internacionales y de los organismos gubernamentales de algunos países encargados de vigilar la salud alimentaria han diseñado pequeñas definiciones genéricas. Un ejemplo es el Food Information Council (FIC) definen a este tipo de alimentos como aquellos alimentos que proporcionan beneficios para la salud más allá de la nutrición básica.[6] La definición de la FUFOSE recalca por ejemplo la demostración científica en el alimento de mejora en una o varias funciones en el organismo,

Organismos reguladores

En Europa existe la organización denominada FUFOSE (Functional Food Science in Europe) que tiene como objetivo desarrollar y establecer un único enfoque científico acerca de las pruebas necesarias en el apoyo de productos alimenticios que puedan tener un efecto beneficioso sobre una función fisiológica del cuerpo humano y mejorar con ello el estado de salud y bienestar de los individuos, así como reducir el riesgo aparición de enfermedades. Un organismo sin ánimo de lucro y de ámbito internacional es el International Life Sciences Institute (ILSI) que desde el año 1978 intenta avanzar en la comprensión de los temas científicos relacionados con la nutrición, la seguridad alimentaria, toxicología y medio ambiente, una de las ramas de esta organización trabaja en conjunción con el FUFOSE en Europa en el establecimiento de nuevas guías y recomendaciones acerca de este tipo de alimentos.

Características

La principal tarea de una dieta es proporcionar los nutrientes suficientes como para cumplir los requerimientos metabólicos que mantengan la salud al mismo tiempo que se pueda proporciona al consumidor una sensación de satisfacción y de bien estar. Las investigaciones realizadas en nutrición durante la segunda mitad del siglo XX empezaron a arrojar datos acerca de la posibilidad de modular ciertas funciones de la salud mediante el consumo de alimentos forficados con elementos activos como pueden ser el uso de ciertos micronutrientes[7] Como definición de trabajo se puede decir que un alimento es funcional si contiene algún componente (sea o no un nutriente) que beneficia una o un número limitado de funcionalidades en el cuerpo proporcionando salud (entendida como reducción de riesgo de enfermedad) y bienestar.[8] Un alimento funcional puede ser un macronutriente si éste posee efectos fisiológicos específicos (como puede ser el empleo de un almidón resistente a los jugos gástricos o un ácido graso) o incluso un nutriente esencial que su insumo es superior a la dosis diaria recomendada. Puede referirse a un componente alimenticio que a pesar de poseer un valor nutritivo, no es esencial (como por ejemplo los oligosacáridos) o incluso puede carecer de valor nutritivo (como pueden ser los organismos vivos o compuestos químicos de plantas).

Una de las confusiones más frecuentes entre los consumidores es distinguir entre alimento funcional y alimento dietético. El segundo es un alimento diseñado para satisfacer las necesidades nutricionales de un grupo de la población, mientras que el alimento funcional se diseña para satisfacer las necesidades o carencias de toda una población, o a lo sumo de un porcentaje elevado de la misma.

Procesado de alimentos funcionales

Un alimento puede acabar siendo funcional si durante su procesado se le ha realizado cualesquiera de estas operaciones:

  1. Eliminación de un componente alimenticio conocido como causante o determinante de una enfermendad. Ejemplos pueden ser las proteínas alergénicas de ciertos alimentos, la eliminación de la lactasa de ciertos productos lácteos.
  2. Incremento en la concentración de un componente alimenticio. Esta operación de fortificación, o añadidura de un componente activo, hace que la dosis diaria del mismo se acerque a las recomendaciones de los organismos reguladores, lo que a la larga redudará en una disminución de riesgos de enfermendad.
  3. añadiendo un componente que no está presente en la mayoría de los alimentos. No necesariamete debe ser un macronutriente o un micronutriente.
  4. Reemplazo de macronutrientes. Por regla general un macronutriente (como puede ser la grasa).
  5. Incrementando la biodisponibilidad o estabilidad de un componente conocido con el objeto de producir un efecto funcional o reducir la aparición de enfermedades.

Objetivos de los alimentos funcionales

Algunos de los alimentos funcionales se han diseñado para cubrir ciertos aspectos como:

  1. Funciones gastrointestinales. Estas funciones incluyen aquellas que están asociadas a la microflora bacteriana en el colon, mediar en la actividad endocrina del tracto gastrointesinal, actuar sobre la actividad imune del tracto, control de la biodisponibilidad (sobre todo de minearles), control del tiempo de tránsito.
  2. Sistemas redox y antioxidante. Estos sistemas requieren un insumo balanceado de antioxidantes y (pro-) vitaminas así como de componentes alimentarios tales como los polifenoles y otros antioxidantes naturales de origen vegetal. Las actividades redox y la protección antioxidante son muy importantes para las células y tejidos y su desequilibrio se asocia con la aparición de diversas enfermedades. A pesar de estas hipótesis fundadas existen todavía problemas en la comunidad científica a la hora de demostrar los efectos beneficiosos de los antioxidantes en los alimentos funcionales.[9]
  3. Metabolismo de macronutrientes - Este objetivo es específico del metabolismo de carbohidratos, metabolismo de aminoácidos, y ácidos grasos.
  4. Ayudas al feto - El alimento de la madre y del feto son objetivos en algunos alimentos funcionales, un ejemplo es el ácido fólico.
  5. Metabolismo xenobiótico y su modulación mediante componentes no-nutritivos, tal y como algunos fitoquímicos.
  6. Modificar el humor y la capacidad psicológica

Algunos ejemplos son:

La polémica

La aparición de los alimentos funcionales en el mercado de los alimentos ha causado desde su comienzo una discusión enfrentada entre los dietistas y especialistas en nutrición humana y la industria de la alimentación. Este debate arroja numerosos estudios científicos acerca de la eficiencia de los alimentos funcionales y de la necesidad real de fortificar ciertos alimentos por parte de la industria. Algunos autores como Marion Nestle[10] rersaltan el excesivo marketing de la industria alimentaria en ciertos productos funcionales.

Tendencias futuras

Existe una gran actividad de investigación debido fundamentalmente a la cantidad de preguntas sin respuesta que existe en boca de muchos dietistas. Se pretende averiguar si los alimentos funcionales proporcionan un substrato adecuado para la absorción de nutrientes funcionales, si mejoran substancialmente la salud.

Referencias

  1. "Concepts and strategy of functional food science: the European perspective", Marcel B Roberfroid, Am J Clin Nutr 2000;71(suppl):1660S–4S.
  2. European Commission Community Research (2000) Project Report: Functional food science in Europe, Volume 1; Functional food science in Europe, Volume 2; Scientific concepts of Functional Foods in Europe, Volume 3. EUR-18591, Office for Official Publications of the European Communities, L-2985, Luxembourg.
  3. "Functional Foods: Designer Foods, Pharmafoods, Nutraceuticals", Israel Goldberg; 1994; Springer; Series: Diet therapy ;ISBN 0-8342-1688-4
  4. "Functional Food Science in Europe". (1998). British Journal of Nutrition, 80(1):S1-S193.
  5. Información de las actividades alimentarias en: http://europe.ilsi.org/
  6. Alimentación y nutrición: Manual teórico-práctico", Clotilde Vazquez Martinez; 2005 ; Ediciones Díaz de Santos ISBN 84-7978-715-5
  7. "Scientific concepts of functional foods in Europe: consensus document", Diplock AT, Aggott PJ, Ashwell M, et al. ; Br J Nutr 1999; 81(suppl):S1–27.
  8. "Functional food science in Europe", Bellisle R, Diplock AT, Hornstra G, et al.; Br J Nutr 1998;80(suppl):S3–193.
  9. "Functional food science and defence against reactive oxidative species", A. T. Diplock, British Journal of Nutrition (1998), 80, Suppl. 1, S77–S112
  10. "Food Politics: How the Food Industry Influences Nutrition and Health", Marion Nestle, (2002)

Véase también

Enlaces externos

  • [[ILSI]]

[[[[Categoría:Nutrición El aceite de oliva es un gran aliado para la salud.Contiene vitamina E, antioxidante natural que previene el envejecimiento de las células;carotenos, como la vitamina A, y grasas monoinsaturadas, como ácido oleico, que aumenta los niveles del colesterol "bueno" en sangre.]]]]

 
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