Mucha gente conoce el efecto de las discotecas cuando la "luz negra" hace brillar la ropa o los tableros de escritura. La razón de esto son los llamados tintes fluorescentes. Devuelven parte de la luz a la que están expuestos de una manera ligeramente diferente y por lo tanto brillan. Las moléculas fluorescentes particularmente grandes son a menudo interesantes para la investigación y las aplicaciones industriales. Los científicos del Instituto de Química Orgánica de la Universidad Técnica de Braunschweig han logrado producir complejos fluoróforos y tintes en el rango del infrarrojo cercano, en tres simples pasos.
Para poder absorber y reemitir la luz, se excitan electrones o se transportan cargas en las moléculas de colorante fluorescente. En la mayoría de los casos, cuanto más grandes son las moléculas, más fácil es transportar las cargas. Pero construir moléculas grandes a menudo no es fácil y suele implicar muchos pasos.
Moléculas grandes en tres pasos
Aquí es donde los científicos del Instituto de Química Orgánica entraron. Han desarrollado un método con el que pueden construir complejas moléculas fluorescentes de una manera relativamente simple. Lo hacen uniendo componentes individuales en dos pasos (oligomerización). En un paso más, eliminan simultáneamente un gran número de átomos de hidrógeno. De esta manera, una gran molécula, por ejemplo un octámero, se forma a partir de ocho moléculas individuales.
Complejidad a través de la simplicidad
Los resultados de los químicos pueden ser de interés para diferentes áreas en las que se utilizan tintes (fluorescentes), por ejemplo, en baterías, células solares o pantallas. El Dr. Atanu Patra del postdoctorado dice: "Lo más interesante de nuestro trabajo es su simplicidad. Hemos sintetizado estas moléculas complejas utilizando métodos simples". El científico ha estado investigando en el grupo del Profesor Werz desde abril de 2019 y está financiado durante dos años por una beca postdoctoral de la Fundación Alexander von Humboldt. El profesor Daniel B. Werz, profesor del Instituto de Química Orgánica: "Lo que hacemos es investigación básica. Pero nuestros resultados pueden ser interesantes para una amplia variedad de aplicaciones, especialmente porque nuestro método se basa en tres simples pasos. Para mí, la buena química no tiene por qué ser complicada, sino que impresiona por su sencillez. La complejidad a través de la simplicidad, por así decirlo, es lo mejor que se puede hacer".