Nevadas de plástico en los Alpes

Nanoplásticos en el medio ambiente: Se desarrolla un nuevo método químico para contar las partículas de plástico

27.01.2022 - Suiza

En una campaña de recaudación de fondos a gran escala, populares YouTubers como Mister Beast y Mark Rober están tratando de librar a los océanos de casi 14.000 toneladas de residuos plásticos. Eso es aproximadamente el 0,15% de la cantidad que acaba en los océanos cada año. Pero no sólo nuestras aguas están llenas de plástico. Un nuevo estudio demuestra que la propagación de nanoplásticos por el aire es un problema más extendido de lo que se pensaba.

ZAMG/Niedermoser

Trabajo en equipo: Científicos ascendiendo a la estación de investigación en el Parque Nacional de Hohe Tauern.

En un nuevo estudio, el investigador del Empa Dominik Brunner, junto con sus colegas de la Universidad de Utrecht y el Instituto Central de Meteorología y Geofísica de Austria, investiga la cantidad de plástico que nos llega desde la atmósfera. Según el estudio, algunos nanoplásticos viajan más de 2000 kilómetros por el aire. Según las cifras de las mediciones, unos 43 billones de partículas de plástico en miniatura aterrizan en Suiza cada año. Los investigadores aún no se ponen de acuerdo sobre el número exacto. Pero según las estimaciones del estudio, podrían ser hasta 3.000 toneladas de nanoplásticos las que cubren Suiza cada año, desde los remotos Alpes hasta las tierras bajas urbanas. Estas estimaciones son muy elevadas en comparación con otros estudios, y se necesitan más investigaciones para verificar estas cifras.

El estudio es un territorio científico inexplorado, ya que la propagación de los nanoplásticos a través del aire sigue siendo en gran medida inexplorada. El resultado de la investigación de Brunner es el registro más preciso de la contaminación atmosférica por nanoplásticos que se haya hecho nunca. Para contar las partículas de plástico, Brunner y sus colegas han desarrollado un método químico que determina la contaminación de las muestras con un espectrómetro de masas.

Condiciones extremas

Los científicos estudiaron una pequeña zona a 3106 metros de altitud en la cima de la montaña "Hoher Sonnenblick", en el Parque Nacional "Hohe Tauern" de Austria. Desde 1886 se encuentra aquí un observatorio del Instituto Central de Meteorología y Geodinámica. El observatorio está dirigido por la meteoróloga e investigadora del Ártico Elke Ludewig. Desde que comenzó la investigación aquí a finales del siglo XIX, el observatorio sólo ha dejado de funcionar cuatro días. La estación de investigación también ha servido de base para el estudio sobre la propagación de nanoplásticos en zonas remotas.

Cada día, y en todas las condiciones meteorológicas, los científicos retiraban a las 8 de la mañana una parte de la capa superior de nieve alrededor de un marcador y la almacenaban cuidadosamente. La contaminación de las muestras por los nanoplásticos presentes en el aire o en la ropa de los científicos fue un reto especial. En el laboratorio, los investigadores a veces tenían que permanecer inmóviles cuando un colega manipulaba una muestra abierta.

El origen de las diminutas partículas se rastreó con la ayuda de los datos meteorológicos y del viento en Europa. Los investigadores pudieron demostrar que la mayor emisión de nanoplásticos a la atmósfera se produce en zonas urbanas densamente pobladas. Alrededor del 30% de las partículas de nanoplástico medidas en la cima de la montaña se originan en un radio de 200 kilómetros, principalmente en las ciudades. Sin embargo, parece que los plásticos de los océanos del mundo también llegan al aire a través del rocío de las olas. Alrededor del 10% de las partículas medidas en el estudio fueron arrastradas a la montaña por el viento y el clima a lo largo de 2.000 kilómetros, algunas de ellas procedentes del Atlántico.

Nanopartículas en el torrente sanguíneo

Se calcula que hasta la fecha se han producido más de 8300 millones de toneladas de plástico en todo el mundo, de las que aproximadamente el 60% son residuos. Estos residuos se erosionan por efectos de la intemperie y la abrasión mecánica de las macro a las micro y nanopartículas. Pero el plástico desechado no es ni mucho menos la única fuente. El uso cotidiano de productos de plástico, como los envases y la ropa, libera nanoplásticos. Las partículas de este tamaño son tan ligeras que su movimiento en el aire puede compararse con el de los gases.

Además de los plásticos, hay todo tipo de partículas diminutas. Desde la arena del Sáhara hasta las pastillas de freno, todo el mundo zumba en el aire en forma de abrasión. Todavía no está claro si este tipo de contaminación del aire supone una amenaza potencial para la salud de los seres humanos. Las nanopartículas, a diferencia de las micropartículas, no acaban en el estómago. Son aspiradas hacia el interior de los pulmones a través de la respiración, donde su tamaño puede permitirles atravesar la barrera célula-sangre y entrar en el torrente sanguíneo humano. Sin embargo, aún no se ha investigado si esto es perjudicial o incluso peligroso.

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