Eyaculación precoz



Eyaculación precoz
Clasificación y recursos externos

Aviso médico

CIE-10 F52.4
CIE-9 302.75
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Sinónimos

La eyaculación precoz es una falta de control sobre el reflejo eyaculatorio; por tanto, es un trastorno de la fase del orgasmo durante la relación sexual. La gran mayoría de los hombres experimentaron una eyaculación precoz en algún punto de su vida sexual. Es el problema sexual más frecuente en hombres, afectando al 25 a 40% de ellos. En los casos más graves, el hombre eyacula antes de la penetración de su pareja o segundos después de hacerlo.[1]

Tabla de contenidos

Concepto

El equipo de investigadores Masters y Johnson citan que un hombre sufre de eyaculación precoz si eyacula antes que su amante logre un orgasmo en más del 50% de sus relaciones sexuales. Otros sexólogos han definido a la eyaculación precoz cuando un hombre eyacula menos de dos minutos después de la penetración, aunque una encuesta hecha por Alfred Kinsey en los años 1950 demostró que 3/4 partes de todos los hombres eyaculan en menos de dos minutos después de la penetración, en más de la mitad de sus relaciones sexuales. Hoy, la mayoría de los especialistas definen a la eyaculación precoz como la falta de control eyaculatorio a tal punto que interfiere con el bienestar sexual y emocional de uno o ambos amantes.

Epidemiología

Cerca del 75% de todos los hombres experimentarán, una vez en sus vidas, una eyaculación precoz, mientras que la tasa de prevalencia de la eyaculación precoz como un trastorno clínico se sitúa mundialmente en aproximadamente el 30% de los hombres.[2] Los urólogos y terapeutas sexuales encuentran que la eyaculación precoz causa frecuentes problemas emocionales, tanto para el paciente como para su pareja, adicional a la conclusión repentina del acto sexual.[3]

Fisiología

El proceso físico de la eyaculación requiere dos acciones secuenciales, la emisión y la expulsión. La emisión es el primer mecanismo e involucra la deposición del líquido seminal de los conductos deferentes, las vesículas seminales y de la glándula prostática a la uretra posterior.[4] La segunda fase de la expulsión del semen incluye el cerrado del cuello de la vejiga seguido de contracciones rítmicas de la uretra por intermedio de los músculos pélvicos y del perineo y la relajación intermitente del esfínter externo de la uretra.[5]

Se cree que el neurotransmisor serotonina (5HT) tiene un papel central en modular la eyaculación. En varios estudios con animales, se ha demostrado que tiene un efecto inhibidor de la eyaculación modulando a través de ciertas áreas en el cerebro,[6] involucradas en el control eyaculatorio, en especial el núcleo paragigantocelular.[7] Se cree, por tanto, que los niveles bajos de serotonina en la hendidura sináptica en estas áreas en particular del cerebro pudieran causar una eyaculación precoz. Esta teoría está apoyada por la efectiva acción de inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS), los cuales incrementan los niveles de serotonina a nivel de las sinapsis, mejorando la eyaculación precoz.

Las neuronas motoras del sistema nervioso simpático controlan la fase de emisión del reflejo de la eyaculación,[8] mientras que la fase de expulsión es ejecutada por las neuronas motoras somáticas y autonómicas. Estas neuronas motoras están localizadas en los nervios raquídeos toraco-lumbares y lumbosacras y se activan en una manera coordinada cuando llegan a una suficiente estimulación sensorial para alcanzar el umbral eyaculatorio a nivel del sistema nervioso central.[9] [10]

Desde hace cierto tiempo, los científicos han sospechado una participación genética en algunas formas de eyaculación prematura. En un estudio, 91% de los hombres estudiados y que padecían de eyaculación precoz durante toda su vida, tenían un familiar directo con el mismo trastorno de toda la vida.[2] Otros investigadores han notado que aquellos con eyaculación precoz tienen una respuesta neurológica más rápida en los músculos pélvicos. Los sexólogos sugieren ejercicios sencillos relacionados con esa musculatura para mejorar significativamente el control eyaculador en hombres con estos factores neurológicos. A menudo, estos hombres pueden beneficiarse con medicamentos ansiolíticos como la paroxetina, debido a que tienden a mejorar los tiempos de eyaculación.[8] Algunos hombres han preferido el uso de cremas anestésicas, aunque por lo general no son recomendadas por los terapistas.

Clasificación

La eyaculación precoz primaria se refiere a aquella que ha existido siempre, es decir, el individuo nunca ha controlado la eyaculación. La eyaculación precoz secundaria ocurre cuando se instaura en un momento determinado después de iniciarse la vida sexual del individuo.

A menudo, los adolescentes experimentan una eyaculación precoz durante su primer relación sexual, aunque con el tiempo aprenden a lograr un control eyaculatorio. Debido a que hay una gran variabilidad entre el tiempo que le toma a un hombre eyacular y el tiempo en que ambos amantes deseen que dure su relación sexual, los investigadores han comenzado a formular una definición cuantitativa de la eyaculación precoz. La evidencia hasta ahora demuestra que hay un Tiempo Latente de Eyaculación Intravaginal[3] (IELT, por sus siglas en inglés) promedio de seis minutos y medio en hombre de 18-30 años de edad en una relación sexual con un amante femenino.[11] [12]

Si se define a la eyaculación precoz como un trastorno que se sitúa en un Tiempo Latente de Eyaculación Intravaginal (IELT) menor al percentil 2.5, se puede sugerir entonces, que una eyaculación precoz es aquella que dura un IELT de dos minutos y medio.[13] Sin embargo, se acepta el hecho de que hay hombres con un IELT menor a los 1.5 minutos que bien pudieran estar satisfechos con su ejecución y no reportarían una falta de control eyaculatorio, por lo que no serían diagnosticados de Eyaculación Precoz. Por otro lado, un hombre que tenga un IELT mayor de dos minutos pudiera presentarse con la percepción de que tiene poco control eyaculatorio, que se sienta apesadumbrado por la situación y que tuviere dificultades interpersonales a consecuencia de ello, lo que lo pone dentro del diagnóstico de una Eyaculación Precoz.

Otros trastornos de la eyaculación incluyen:

Causas

En una relación sexual normal la excitación en el hombre aumenta progresivamente hasta la fase llamada "meseta", disfrutando de su placer sexual hasta el momento que de forma voluntaria llega al clímax. El eyaculador precoz no puede permanecer en la fase de "meseta", sino que existe una excitación rápida y una eyaculación involuntaria y temprana. En muchos casos, la eyaculación precoz es un signo de una afección psicológica (ansiedad, nerviosismo, etc) o emocional (culpabilidad, angustia, etc) y en pocos casos es debido a un trastorno anatómico o fisiológico.[17]

Causas orgánicas

La eyaculación precoz puede ser consecuencia de infecciones urogenitales de la uretra posterior y de la próstata, así como alteraciones de tipo neurológico, trastornos degenerativos, alteraciones vasculares, fármacos (antidepresivos, antihipertensivos, estimulantes y antigripales -que contienen pseudoefedrina), desequilibrios hormonales y todas aquellas enfermedades que alteran los mecanismos reflejos de la eyaculación.[18] Las afecciones psiquiátricas, como el trastorno bipolar y el trastorno por estrés postraumático, pueden también causar disfunción sexual. En estos casos, la mejor recomendación ha sido el conversar abiertamente con el profesional de salud de preferencia.

Factores psicológicos y ambientales

 

Ciertos factores no físicos comúnmente contribuyen a un eyaculación precoz. Aún cuando los hombres ocasionalmente subestiman la relación que existe entre su bienestar emocional y un acto sexual satisfactorio, la eyaculación precoz puede ser causada, temporalmente, por depresión, estrés relacionado con asuntos económicos, expectativas poco realistas sobre su capacidad sexual, una historia clínica de represión sexual o una falta generalizada de auto-confianza. Las dinámicas interpersonales y de grupos contribuyen a mejoras en la función sexual, de modo que la eyaculación precoz puede ser causada por una falla de comunicación entre las parejas y sus círculos sociales, por heridas emocionales o por conflictos no resueltos que interfieran con la habilidad de lograr una intimidad emocional. La eyaculación prematura neurológica puede también conllevar a otras formas de disfunción sexual, o bien, intensificar el problema subyacente, especialmente al crear ansiedad y zozobra relacionada con su rendimiento sexual.[8] En otro contexto menos patológico, la eyaculación precoz puede deberse simplemente a un estado de extremo deseo y excitación sexual.

Algunas de las más recientes investigaciones se han enfocado en el papel que puede jugar la pareja femenina. Un estudio de parejas recién casadas reportó que el IELT del marido parecía verse afectado por las fases del ciclo menstrual de su cónyuge, siendo de menor duración durante la fase de fertilidad (ovulación). Otros estudios sugieren que los hombres jóvenes con parejas femeninas mayores en edad, llegan al umbral eyaculatorio con más rapidez promedio que aquellos con parejas de la misma edad o más jóvenes.

Otras causas

Pueden ser: mensajes antisexuales en la infancia, falta de información sexual, presión por parte de la pareja, ambiente familiar problemático, ansiedad, estrés, miedo al fracaso, dificultad en controlar los estímulos. El alcoholismo transitorio suele incrementar el libido del sujeto, mientras que la acentuada intensidad erótica ocasionada por el alcoholismo crónico puede venir acompañada de disfunciones sexuales como la eyaculación precoz y la disfunción eréctil.[8] La eyaculación precoz en adolescentes puede aparecer o sostenerse con el concepto de que la actividad sexual es pecaminosa.[14]

Tratamiento

Dependiendo de su severidad, la eyaculación precoz puede ser reducida considerablemente. Los tratamientos para los casos más leves se enfocan en gradualmente entrenar al paciente, mejorando su condicionamiento mental al sexo y el control de su estímulo erótico.[14] En casos clínicos, se han presentado fármacos que retardan o eliminan la disfunción sexual. En contados casos se apela a la cirugía (neurotomía selectiva).[18]

Medicamentos

Los antidepresivos inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS) han demostrado ser efectivos en retardar la eyaculación en hombres tratados por trastornos psiquiátricos.[19] [20] Se consideran a los ISRS como los más efectivos en el tratamiento farmacológico de la eyaculación precoz, entre ellos, paroxetina,[19] fluoxetina y sertralina.[21] Son medicamentos que deben ser tomados por largos períodos de tiempo y su principal función son tratamientos psiquiátricos. Otras versiones dirigidas específicamente a la eyaculación precoz (por ejemplo, dapoxetina) pueden ser tomadas solo durante períodos de necesidad con los resultados efectivos de sus ISRS derivados.[22] Otros productos que retardan el orgasmo masculino son opioides, cocaina, y difenhidramina.

Se han evaluado los efectos de hiperforina extraído del Hypericum perforatum, en la mejora de la duración del reflejo eyaculatorio, usando el parámetro del Tiempo Latente de Eyaculación Intravaginal (IELT) y la satisfacción sexual.[23] En un ensayo se logró extender el tiempo pre-eyaculatorio de 246±29 a 331±34 segundos en hombres que tomaron el medicamento, el cual tiene un efecto similar al de la dapoxentina.

Se han usado también cremas con anestesia local—incluyendo lidocaína, prilocaína y algunas combinaciones—con éxito, tanto en pruebas clínicas como en la práctica.[24] Su uso, sin embargo, se mantiene reducido por razón de la disminución o pérdida de la sensación de placer en la vagina y el pene.

Modificación conductal

  La orientación y educación sexual es el primer paso para el tratamiento de la eyaculación precoz y tiende a ser multidisciplinario.[25] La mayoría de los sexólogos prescriben una serie de ejercicios que permiten que el paciente recobrar el control eyaculatorio.[1] Aunque la intención de los ejercicios es para pacientes con eyaculación precoz, otros hombres pueden usar los ejercicios con el fin de intensificar sus vidas sexuales. Uno de los ejercicios más comunes es el llamado Parar y Continuar, documentado por Semans en 1956.[26] [27]

La técnica tiene sus variedades, aunque el propósito es el mismo, el hacer que el hombre se acostumbre a mantener una erección por un extendido período de tiempo, a medida de que gradualmente incremente su tolerancia sexual. Un 95% de los sujetos expuestos a estos ejercicios logran aprender a controlar la eyaculación entre 5 y 10 minutos.[14] Al hacer estos ejercicios, el hombre logra una erección por su propia estimulación o masturbación. Una vez logre una erección, se detiene la estimulación hasta que pierde la erección de su pene. En ese punto, retoma la estimulación erógena para lograr erecciones simultáneas. Gradualmente, por un período de varias semanas, logra estimularse por períodos de tiempo más extensos, eventualmente ganando autocontrol eyaculatorio. Para que la técnica tenga éxito, el suejto debe evitar desanimarse si, en el proceso, eyacula con mucha rapidéz. En vez, se recomienda que use su respuesta sexual humana para aprender como variar su técnica de manera que logre el mejor y más sostenido beneficio. Otra variante, por ejemplo, es el de estimular el cuerpo hasta el frenillo del pene, y con el tiempo, explorando el glande a medida que logre mejor control. Otras variantes se enfocan en fortalecer al músculo Pubocoxígeo, encontrado en ambos géneros.[28]

La pareja del paciente, usualmente se integra a estos ejercicios. Pueden estimular al paciente usando el técnica de Parar y Continuar. Cuando el sujeto haya logrado cierto nivel de control eyaculatorio, puede entonces ser penetrado, inicialmente sin la ritmicidad penetrante, hasta el punto que estén listo ambos amantes para la eyaculación.[17] Una vez que el pene del paciente logre acostumbrarse a estar dentro de su pareja, puede añadir ritmos y variantes, de acuerdo a sus habilidades, usando igualmente la técnica de Parar y Continuar. En casos menos severos, el hombre logra sobreponerse al trastorno de manera rápida, haciendo innecesarios los ejercicios con su pareja.

Véase también: Ejercicios de Kegel

Participación de la pareja

La ayuda y colaboración de la pareja es esencial para superar el problema de la eyaculación precoz. La comunicación abierta entre la pareja evita conflictos conyugales. Por otro lado, la participación de la pareja en el proceso terapéutico está indicada y es tan importante que se convierte en un instrumento esencial para garantizar el éxito del tratamiento. Sin el apoyo emocional y la comprensión de parte de su pareja, el sujeto tiene pocas probabilidades de lograr un nivel de relajación requerida para la gratificación sexual. Tanto el hombre como su pareja pudieran comunicar sus sentimientos abiertamente y con sensibilidad. El sujeto debería aprender como complacer sexualmente a su pareja, mientras logran sobreponerse de su eyaculación precoz.   En el caso de consulta por eyaculación precoz de un hombre sólo sin pareja, se acostumbra a seguir las mismas técnicas terapéuticas. El fin es el mismo, conseguir la capacidad de autocontrol en la medida que el hombre se conoce mejor a sí mismo y a su propia respuesta sexual librándose de temores, vergüenzas, complejos de inferioridad y aumentando se autoestima.

Algunos terapistas sugieren el uso de dispositivos diseñados para cubrir parte del pene durante la penetración, minimizando la estimulación del hombre sin reducir la estimulación y satisfacción vaginal o anal de su pareja. Otros sexólogos añaden a la terapia ciertas posiciones sexuales que tienden a permitir una mayor duración del acto sexual incluyendo la penetración duradera de la pareja del paciente.

Estos ejercicios no vienen acompañados de dolores sospechosos (por ejemplo, en la vejiga, genitales o escroto). La apaición de síntomas anormales deben ser consultados con un especialista, por ejemplo, un urólogo.

Véase también: Anexo:Posturas sexuales

Excepciones

Hay individuos que pueden tener la capacidad de, incluso después de eyacular mantener una erección sin problemas, lo que en principio no puede causar problemas a la hora de tener relaciones sexuales.[cita requerida]

Aunque estudios científicos han afirmado y demostrado que "pensar en otras cosas" a la hora de tener relaciones sexuales no retrasa la eyaculación, hay individuos que al igual que pueden mantener una erección después de eyacular, puede funcionar esta técnica que consiste en pensar cosas no eróticas como la lista de la compra, una anécdota o recordar cosas.

Aunque son excepciones, hay casos existentes de personas que pueden tener alguna de estas dos habilidades como eyaculadores precoces.

Véase también

  • Terapia sexual

Referencias

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Enlaces externos

  • Ejercicios informales vs Tratamientos médicos. Técnica de "parada y arranque" desarrollada por el urólogo James Semans de la Duke University, Estados Unidos (1956)
  • Entorno médico Eyaculación precoz.

 
Este articulo se basa en el articulo Eyaculación_precoz publicado en la enciclopedia libre de Wikipedia. El contenido está disponible bajo los términos de la Licencia de GNU Free Documentation License. Véase también en Wikipedia para obtener una lista de autores.
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