Los PFAS reducen la actividad de las células inmunitarias

Un estudio demuestra el efecto inmunomodificador de un nuevo método

21.07.2023 - Alemania
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Por su persistencia, las sustancias perfluoroalquiladas y polifluoroalquiladas (PFAS) también se conocen como "sustancias químicas para la eternidad". Pueden provocar daños hepáticos, trastornos tiroideos, obesidad, alteraciones hormonales y cáncer. Un equipo de investigadores del Centro Helmholtz de Investigación Medioambiental (UFZ) ha demostrado ahora que los PFAS también pueden reducir la actividad de las células inmunitarias humanas y, por tanto, perjudicar la salud. El estudio se ha publicado recientemente en Chemosphere. El método desarrollado en el UFZ podría utilizarse para revelar los efectos inmunomoduladores de otras sustancias químicas.

Ya sea en cosméticos, sartenes recubiertas o ropa de exterior, los PFAS se utilizan en muchos productos cotidianos. Esto se debe a que los PFAS repelen el agua y la grasa, son resistentes al calor y extremadamente duraderos. Los PFAS se llevan produciendo desde los años 50 y en la actualidad existen unos 10.000 compuestos diferentes. "Los PFAS son poco o casi nada biodegradables, y eso es un verdadero problema", afirma la inmunóloga medioambiental de la UFZ, Dra. Gunda Herberth. "Por eso se acumulan en el medio ambiente, en suelos y masas de agua. Incluso pueden encontrarse en la Antártida. Pueden entrar en el cuerpo humano a través de los alimentos, el agua potable o el aire. Los estudios han demostrado que los PFAS pueden detectarse en la sangre de casi todas las personas del mundo. Aún se desconoce lo que esto significa para nuestra salud a largo plazo".

Sin embargo, se sabe que la exposición a los PFAS provoca daños hepáticos, trastornos hormonales y un menor peso al nacer. Muchos estudios epidemiológicos han demostrado una asociación entre el aumento de la exposición a los PFAS y la reducción de las respuestas inmunitarias tras las vacunaciones infantiles. ¿Podrían los PFAS estar afectando a nuestro sistema inmunitario? Y si es así, ¿cómo exactamente? ¿Qué ocurre en las células inmunitarias? Estas fueron las preguntas que Gunda Herberth y otros científicos se propusieron responder en su estudio.

Una mirada al interior de las células inmunitarias

Para averiguar exactamente qué ocurre a nivel celular tras la exposición a PFAS, los investigadores utilizaron un método especial de medición inmunológica que ellos mismos desarrollaron. "Gracias a la citometría de flujo espectral multiparamétrica, podemos detectar hasta 30 marcadores en una muestra de sangre utilizando diferentes tintes fluorescentes y así identificar muchos tipos diferentes de células inmunitarias y su activación", explica el Dr. Arkadiusz Pierzchalski, inmunólogo medioambiental de la UFZ, que desarrolló el método junto con Gunda Herberth. El equipo utilizó células inmunitarias de la sangre de donantes sanos. En primer lugar, las células inmunitarias aisladas se expusieron a diferentes mezclas de PFAS durante 20 horas en el laboratorio. "Seleccionamos seis PFAS especialmente comunes en el medio ambiente y preparamos tres mezclas. Una mezcla con tres PFAS de cadena corta, otra con tres PFAS de cadena larga y otra con los seis PFAS", explica Ambra Maddalon, toxicóloga de la Universidad de Milán y primera autora del estudio junto con Arkadiusz Pierzchalski. "A continuación se estimularon las células inmunitarias mediante métodos de activación estándar. A continuación, los investigadores determinaron su grado de actividad celular mediante citometría de flujo espectral multiparamétrica.

Los PFAS reducen significativamente la actividad de las células T

El resultado: las células inmunitarias expuestas previamente a los PFAS mostraron una actividad significativamente menor que las no tratadas. Esto fue especialmente cierto en el caso de las células T. "Por ejemplo, las células T produjeron menos sustancias mensajeras que utilizan normalmente para comunicarse entre sí y reclutar otras células inmunitarias o desencadenar la inflamación", explica Gunda Herberth. "Los efectos más fuertes se produjeron cuando se mezclaron los seis PFAS. En este caso, los efectos de los distintos PFAS se combinan claramente. Los PFAS redujeron la actividad de dos de los cinco tipos de células inmunitarias en particular: las células MAIT (células T invariantes asociadas a la mucosa) y las células T auxiliares. Las células MAIT se encuentran en las mucosas y constituyen la primera respuesta de defensa eficaz. "Si se restringe la actividad de las células MAIT, es mucho más fácil que los patógenos invadan el organismo", explica Gunda Herberth. "Las células T colaboradoras participan en la producción de anticuerpos. Si los PFAS las inhiben, es probable que se produzcan menos anticuerpos, lo que podría explicar la menor respuesta inmunitaria a la vacunación".

Otras investigaciones llevadas a cabo a nivel genético coincidieron con los resultados a nivel celular: los genes que normalmente desempeñan un papel en la activación de las células T estaban regulados a la baja tras la exposición a PFAS. "Nuestro estudio demuestra claramente que los PFAS reducen la actividad de las células inmunitarias", afirma Gunda Herberth. "Si una persona está expuesta a altos niveles de PFAS, es probable que esto se refleje en su salud. Por ejemplo, a través de una mayor susceptibilidad a las infecciones".

No hay que subestimar el efecto inmunomodulador

En febrero de 2023, la Agencia Europea de Sustancias y Preparados Químicos (ECHA) publicó una propuesta para restringir aún más el uso de PFAS. Se espera una decisión de la Comisión Europea en 2025. "Lamentablemente, aunque los PFAS se prohíban por completo, no desaparecerán del medio ambiente a corto plazo", afirma Gunda Herberth. Por eso es importante conocer mejor los efectos que estas sustancias pueden tener en nuestra salud". En estudios posteriores, el equipo de la UFZ planea simular in vitro mezclas y concentraciones de PFAS tal y como se dan "naturalmente" en la sangre humana y determinar sus efectos sobre las células inmunitarias.

"Hasta ahora, las pruebas de efectos inmunotóxicos o inmunomoduladores no forman parte de los procedimientos reglamentarios de ensayo y evaluación de sustancias químicas. Sin embargo, dado que muchas enfermedades -desde las alergias al cáncer- tienen su origen en un sistema inmunitario desregulado, creemos que es una necesidad urgente", afirma Gunda Herberth. "Esperamos que con nuestro estudio y nuestro nuevo y práctico método de ensayo podamos contribuir a allanar el camino para que esto ocurra".

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