Las botellas de bioplástico también mantienen fresco el aceite de cocina durante mucho tiempo
No se detecta transferencia de compuestos del material de la botella al aceite
Las botellas fabricadas con bioplásticos protegen el aceite de cocina del deterioro oxidativo (enranciamiento) en una medida similar a las botellas de PET. Además, se formaron incluso menos sustancias perjudiciales para el sabor y el olor. Este es el resultado de un reciente estudio publicado en la revista "Food Packaging and Shelf Life" por investigadores de la Universidad de Viena dirigidos por Marc Pignitter, de la Facultad de Química.
Martina Holler
Para mantener frescos durante mucho tiempo aceites de cocina saludables con una elevada proporción de ácidos grasos insaturados, el material de las botellas es crucial. Debido a las propiedades del material y a su bajo coste, las botellas de PET suelen ser la primera opción para este fin. Sin embargo, el PET (tereftalato de polietileno) es muy difícil de biodegradar y permanece en la naturaleza hasta 2000 años. Con una producción mundial de casi 400 millones de toneladas de plástico (2021), en Austria, por ejemplo, solo se recicla un tercio de los residuos plásticos, y una cuarta parte de los residuos plásticos acaba también en los vertederos de toda la UE. Por ello, en 2022, la Comisión de la UE pidió una nueva normativa a escala comunitaria para la transición a plásticos de base biológica, biodegradables y compostables, un grupo de sustancias en el que trabaja intensamente el equipo de investigación en torno al analista de alimentos Marc Pignitter, del Instituto de Química Fisiológica de la Universidad de Viena.
Renovable y sostenible
Un candidato prometedor para las botellas de bioplástico es el ácido poliláctico (PLA), un biopolímero termoplástico derivado de materias primas renovables que también es compostable industrialmente. Se obtiene por fermentación de carbohidratos en almidón de maíz o caña de azúcar y ya se utiliza con éxito en la industria alimentaria, por ejemplo para rellenar batidos. Ahora, el equipo de investigación ha estudiado si las botellas de bioplástico fabricadas con PLA también podrían utilizarse para almacenar aceites de cocina, lo que supondría una ventaja decisiva en términos de sostenibilidad y compatibilidad medioambiental con una producción mundial de unos 200 millones de toneladas de aceite de cocina.
En concreto, se compararon los efectos de diferentes materiales de envasado de plástico convencionales, así como del bioplástico PLA, sobre la estabilidad a la oxidación y la vida útil del aceite de girasol. La atención se centró en el desarrollo relacionado con el envasado de productos de oxidación en el aceite, responsables del enranciamiento y el sabor amargo. Además, se analizaron los compuestos que se filtraron de los materiales de las botellas a los aceites.
Beneficioso y sostenible
Los resultados del estudio de almacenamiento mostraron que las botellas de bioplástico fabricadas con PLA protegían el aceite de girasol en algunos casos incluso mejor contra el enranciamiento que el PET convencional. Además, a diferencia de las botellas de PET, se comprobó que las botellas de PLA no transferían "sustancias introducidas involuntariamente" (NIAS) al aceite: en definitiva, dos ventajas más que se suman a la sostenibilidad del material. Aunque actualmente el PLA sigue siendo bastante más caro que el PET (reciclado), el impulso hacia los bioplásticos y la escalabilidad asociada tendrán un efecto reductor del precio y pondrán al PLA en el punto de mira como alternativa real. Dado que el PLA ya puede reciclarse parcialmente, también habría que tenerlo en cuenta en la gestión de residuos.
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