Los PFAS están omnipresentes en la sangre y se asocian a un mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares

Los jóvenes se ven especialmente afectados

13.03.2024
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Investigadores del DZNE aportan pruebas de que las trazas de las sustancias químicas PFAS, ampliamente utilizadas, en la sangre humana están asociadas a perfiles lipídicos desfavorables y, por tanto, a un mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares. Los resultados se basan en datos de más de 2.500 adultos de Bonn y del municipio holandés de Leiderdorp. Los PFAS eran detectables en la sangre de casi todos los participantes en el estudio. Los resultados del estudio se han publicado en la revista científica "Exposure and Health".

Desde su invención en los años 50, se han desarrollado más de 10.000 sustancias diferentes de la categoría de los compuestos alquílicos perfluorados y polifluorados (PFAS), según las estimaciones. Debido a sus propiedades repelentes del agua, la grasa y la suciedad, se utilizan en miles de productos como cosméticos, hilo dental, pero también en revestimientos de sartenes y espumas extintoras. Además de su estructura química básica, los PFAS tienen otra cosa en común: son prácticamente no degradables. Sobre todo a través de las aguas subterráneas, que entran en la cadena alimentaria humana.

Los jóvenes se ven especialmente afectados

Las conclusiones de los investigadores de Bonn son la última aportación al debate actual sobre el efecto de los PFAS en la salud humana. "Vemos indicios claros de un efecto nocivo de los PFAS en la salud. Y hemos descubierto que, a la misma concentración de PFAS en la sangre, los efectos negativos son más pronunciados en los sujetos más jóvenes que en los de más edad", afirma la Prof. Dra. Dra. Monique Breteler, Directora de Ciencias de la Salud de la Población del DZNE. Los resultados del estudio actual también sugieren que incluso concentraciones relativamente bajas de PFAS en la sangre están asociadas a perfiles lipídicos sanguíneos desfavorables.

"Nuestros datos muestran una correlación estadísticamente significativa entre los PFAS en la sangre y los lípidos sanguíneos nocivos relacionados con el riesgo cardiovascular. Cuanto mayor es el nivel de PFAS, mayor es la concentración de estos lípidos. En sentido estricto, esto aún no es una prueba de que los PFAS sean la causa de los perfiles lipídicos sanguíneos desfavorables. Sin embargo, la estrecha correlación apoya esta sospecha. Es un argumento de peso a favor de una regulación más estricta de los PFAS para proteger la salud", afirma el investigador de Bonn. Sorprendentemente, los PFAS podían detectarse en la sangre de casi todos los sujetos de la prueba. Lo que significa que no se puede escapar de estas sustancias químicas. "Aunque no veamos una amenaza inmediata para la salud de los participantes en el estudio que examinamos, la situación sigue siendo preocupante. A largo plazo, el aumento del riesgo puede muy bien tener un impacto negativo en el corazón y el sistema cardiovascular", afirma Breteler.

Muestras de sangre de Bonn y los Países Bajos

El estudio actual se basó en el "Estudio Renano" del DZNE -un estudio de salud basado en la población del área urbana de Bonn- y en el denominado estudio NEO de los Países Bajos ("Netherlands Epidemiology of Obesity study"). En este marco, los investigadores del DZNE colaboraron con expertos del Centro Médico de la Universidad de Leiden (Países Bajos). En los análisis se incluyeron muestras de sangre de un total de más de 2.500 mujeres y hombres de entre 30 y 89 años. Para ello se utilizó tecnología punta. "La tecnología para analizar muestras de sangre con la precisión necesaria para nuestra investigación sólo ha estado disponible en los últimos años", afirma Elvire Landstra, científica del DZNE. Es la primera autora de la presente publicación junto con un colega de Leiden.

El estudio más detallado hasta la fecha

Las muestras de sangre se analizaron detalladamente mediante un sofisticado método conocido como espectrometría de masas. En su análisis, los investigadores se centraron en tres de los tipos más extendidos de PFAS -PFOA, PFOS y PFHxS- y determinaron también la concentración de 224 lípidos, metabolitos y aminoácidos sanguíneos. "Con este 'enfoque no dirigido' -un enfoque intencionadamente amplio sin un objetivo preconcebido- pudimos demostrar la conexión entre la concentración de PFAS y un perfil problemático de sustancias grasas, los llamados lípidos. Estos incluyen el conocido colesterol y otros lípidos sanguíneos que se sabe que son factores de riesgo de enfermedades cardiovasculares", afirma Elvire Landstra. No se encontraron diferencias significativas entre las muestras de Bonn y Leiderdorp. "Nuestro estudio es el más detallado sobre este tema hasta la fecha y el que cuenta con la mayor base de datos. Estudios anteriores ya habían sugerido una correlación entre los PFAS y los lípidos sanguíneos poco saludables, pero este vínculo nunca había sido tan claro como en nuestro estudio."

Los investigadores de Bonn sugieren que los estudios futuros podrían centrarse en zonas específicas del cuerpo. "Nos fijamos en los niveles sanguíneos. En un siguiente paso, tendría sentido investigar la presencia de PFAS en órganos individuales", afirma Monique Breteler.

Nota: Este artículo ha sido traducido utilizando un sistema informático sin intervención humana. LUMITOS ofrece estas traducciones automáticas para presentar una gama más amplia de noticias de actualidad. Como este artículo ha sido traducido con traducción automática, es posible que contenga errores de vocabulario, sintaxis o gramática. El artículo original en Inglés se puede encontrar aquí.

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