Chancletas biodegradables próximamente

Innovador bio-propulsor a partir de gas y agua

29.10.2020 - Suiza

Los plásticos biodegradables están muy de moda. Pero todavía hay muy pocas alternativas sostenibles para los productos que contienen plástico espumoso. La pionera de ETH Zuzana Sediva está desarrollando un proceso que podría algún día ser utilizado para hacer suelas de zapatos y esterillas de yoga a partir de residuos orgánicos.

Stefan Weiss, partners in GmbH / ETH Zürich

Zuzana Sediva quiere producir espumas de plástico a partir de residuos orgánicos.

A Zuzana Sediva le encantan los pistachos. "Hubo un tiempo en que los recogía en Sicilia y los traía a casa para hacer helados", recuerda. En aquel entonces, no tenía ni idea de que esta pasión serviría más tarde de inspiración para su tesis y, en última instancia, también para su idea de negocio.

Pero vayamos paso a paso: la científica de la ETH está desarrollando un método por el cual los residuos verdes pueden ser procesados en plásticos espumados biodegradables que pueden ser utilizados en la industria automovilística o en la construcción, pero también para fabricar suelas de zapatos, juguetes, colchones de yoga, embalajes o colchones. En otras palabras: cualquier producto que requiera la propiedad elástica y amortiguadora que proporcionan los materiales de espuma.

En la actualidad estos materiales todavía tienden a ser hechos de recursos fósiles, con la adición de materiales sintéticos. Los productos resultantes tienen un enorme impacto medioambiental, ya que los plásticos tardan décadas o incluso siglos en descomponerse en micropartículas, y nunca se degradarán por completo. Además, es muy difícil reciclar los productos hechos de plástico espumoso.

La solución de Sediva es sostenible en dos aspectos: en primer lugar, la biomasa utilizada en su proceso es un producto de desecho natural, procedente en parte de la agricultura. Por lo tanto, no es necesario el cultivo de tierras adicionales. En segundo lugar, el material de espuma orgánica se descompone mucho más rápido que el plástico espumado convencional.

El innovador propulsor de gas y agua

Los bioplásticos están en auge: los volúmenes de producción mundial crecen entre un 20 y un 30 por ciento cada año. Pero actualmente hay muy pocas alternativas sostenibles al plástico espumado, principalmente porque el proceso de fabricación química requiere materias primas con propiedades muy específicas. El plástico convencional comienza a hacer espuma cuando se le añade un propulsor, normalmente a alta temperatura y presión. Por el contrario, los residuos orgánicos suelen ser sensibles al calor y no pueden ser procesados a temperaturas tan altas. "Es muy difícil lograr la elasticidad deseada de la espuma usando biomasa", explica Sediva.

La solución de Sediva implica el uso de un nuevo propulsor que se añade durante el proceso de fabricación y permite que la biomasa haga espuma a temperaturas más bajas. El biopropulsor es completamente verde, a diferencia de los aditivos sintéticos utilizados en la producción de plásticos espumados. Se basa en una mezcla de gas y agua que Sediva desarrolló como parte de su disertación en el ETH de Zurich. El año pasado presentó una patente para ello, en asociación con la ETH.

Para que los materiales de espuma hechos de residuos orgánicos alcancen un alto nivel de elasticidad, debe seguirse una "receta" precisa. Eso incluye el propulsor especialmente diseñado, una formulación basada en residuos orgánicos y un proceso de fabricación específico. Sediva está pensando en si también debería patentar esta "receta" en el futuro.

Como parte de su beca de pioneros de la ETH, Sediva está ahora perfeccionando su método para uso industrial. Una cosa que ya sabe, sin embargo, es que la fabricación del nuevo propulsor en grandes cantidades no será un problema. "Podemos hacer hasta 60, tal vez incluso 100 litros de espuma por hora", dice. Tiene la intención de demostrarlo en los próximos meses. Esto cumpliría uno de los requisitos para que el bioplástico se convierta en un éxito no sólo en el laboratorio, sino también en el mercado.

Otra ventaja del método de Sediva es su compatibilidad con los procesos tradicionales utilizados para la fabricación de plásticos espumados, de modo que los clientes potenciales no requieren una infraestructura adicional.

Embalaje - y zapatos?

Los posibles clientes dependerán de quién esté dispuesto a participar en los proyectos piloto, dice. Actualmente está buscando socios industriales. "Creo que el embalaje sería un buen punto de entrada". Aquí se utilizan materiales espumosos para proteger los productos, o para el proceso de diseño. Más adelante, la industria del calzado podría ser otro cliente potencial.

Zuzana Sediva creció en la República Checa y vino a Suiza para estudiar bioquímica. Su interés por los materiales de espuma se desarrolló de forma natural: fue la continuación de su helado de pistacho casero. El helado es esencialmente espuma comestible. En términos generales, la espuma no es más que un material de baja densidad cuyas células o poros están llenos de aire o gas. El pan - e incluso la madera - podría incluso ponerse en la misma categoría. La debilidad de Sediva por el helado de pistacho condujo a su interés científico, que a su vez condujo a su idea de negocio. En su tesis, Sediva fue capaz de demostrar que su propulsor a base de gas y agua es un medio eficaz para la fabricación de material de espuma. Sus experimentos se centraron una vez más en el helado, esta vez con sabor a vainilla.

Nota: Este artículo ha sido traducido utilizando un sistema informático sin intervención humana. LUMITOS ofrece estas traducciones automáticas para presentar una gama más amplia de noticias de actualidad. Como este artículo ha sido traducido con traducción automática, es posible que contenga errores de vocabulario, sintaxis o gramática. El artículo original en Inglés se puede encontrar aquí.

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