Seguridad aérea: Se desarrolla una prueba rápida para detectar microbios nocivos en el queroseno

Más rápido y más robusto que una prueba PCR

12.04.2021 - Alemania

Los combustibles como el queroseno o el gasóleo pueden estar contaminados por hongos o bacterias. Los microorganismos se depositan en el propio líquido, en las paredes interiores de los depósitos y las tuberías o en los filtros de combustible y se alimentan de átomos de carbono. Como los hongos y las bacterias se multiplican bien en este entorno, pueden formar una biopelícula rayada y obstruir los conductos y filtros de combustible. Esto es un problema, especialmente en la aviación.

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Imagen simbólica

Para evitar que los motores se averíen en casos extremos, las compañías aéreas ya hacen que se analice el queroseno antes de repostar y que se revisen los depósitos de sus reactores para detectar la infestación microbiana. La Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA) también recomienda realizar estas pruebas a intervalos regulares. Dependiendo del riesgo de contaminación - las distancias cortas, la baja altitud o un clima cálido y húmedo, por ejemplo, favorecen el crecimiento microbiano - los controles se realizan anualmente o incluso mensualmente. La seguridad está, por tanto, garantizada.

Hasta ahora, sin embargo, la detección de microbios ha llevado mucho tiempo: hay que tomar muestras de los tanques y enviarlas a un laboratorio. La evaluación tarda hasta cuatro días. "Queríamos desarrollar un sistema de detección automatizado y móvil que permitiera al personal sin formación in situ detectar y cuantificar los microorganismos en los rellenos de los tanques en 30 minutos", explica Hans-Jörg Kunte, del Bundesanstalt für Materialforschung und -prüfung (BAM). El microbiólogo es un experto en daños materiales causados por microorganismos.

Junto con el Instituto Fraunhofer de Terapia Celular e Inmunología, rama Bioanalítica y Bioprocesos (IZI-BB), de Potsdam, y la empresa M2 Automation, Kunte y su equipo desarrollaron una prueba rápida basada en el análisis del ADN de las bacterias y hongos dañinos. Los microbios se aíslan de una muestra, su pared celular se digiere enzimáticamente, el ADN se purifica, se amplifica y se marca con un colorante fluorescente. De esta forma -similar a la prueba de reacción en cadena de la polimerasa (PCR) para la detección del SARS-CoV-2- se pueden detectar los microbios presentes mediante un detector que lee la luz fluorescente. Al mismo tiempo, la nueva detección es más rápida y robusta que una prueba PCR: no tarda más de 30 minutos, funciona incluso con temperaturas exteriores fluctuantes y cubre un espectro más amplio de microbios que las detecciones de laboratorio habituales hasta ahora. El BAM ha registrado el método en la Oficina Europea de Patentes.

Al mismo tiempo, el equipo del Fraunhofer IZI-BB y del BAM ya está trabajando en la conversión de la detección en un dispositivo de detección manejable y fácil de usar y en la miniaturización de todos los componentes para este fin. Para ello se va a desarrollar un prototipo.

Este dispositivo podría estar en el mercado en 2025. Hasta ahora, no existe una prueba rápida de este tipo en ningún lugar del mundo. "Los biocombustibles serán más importantes en el futuro: son más sostenibles, pero los microbios los prefieren como fuente de alimento. Con nuestra prueba rápida patentada, queremos ayudar a detectar hongos y bacterias en los combustibles de aviación de forma más rápida y completa", afirma Hans-Jörg Kunte.

Nota: Este artículo ha sido traducido utilizando un sistema informático sin intervención humana. LUMITOS ofrece estas traducciones automáticas para presentar una gama más amplia de noticias de actualidad. Como este artículo ha sido traducido con traducción automática, es posible que contenga errores de vocabulario, sintaxis o gramática. El artículo original en Inglés se puede encontrar aquí.

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